Primero fue la alimentación, después la moda, las ciudades, la educación y ahora el movimiento Slow ha llegado hasta la gestión de las clínicas dentales. La red Clínicas W aplica a sus 20 centros este modelo de gestión, que es pionero a nivel internacional en el área de salud y al que esperan sumar 22 clínicas más en los próximos tres años, hasta llegar a 42.
Más de 150 profesionales se reúnen hoy y mañana en Madrid para hacer balance de estos dos primeros años de actividad y planificar el futuro. De momento, “hemos logrado nuestro primer objetivo: una mayor calidad asistencial de los pacientes”, explica el Dr. Primitivo Roig, fundador de este método llamado Odontología Slow, en el que trabaja desde el año 2011 y aglutinado ahora en la marca Clínicas W. Tratamientos con menos citas, mucha escucha y la apuesta por la prevención y por alargar la vida de los dientes, son las principales diferencias visibles respecto a la práctica de la odontología más comercial. “Siguiendo el movimiento Slow buscamos crear un vínculo emocional entre el paciente y el equipo para que disfruten de la visita al dentista. No tenemos que olvidarnos que tratamos a personas por encima de dientes, con sus problemas y sus necesidades, por lo que apostar por el factor humano y la excelencia nos reporta beneficios a nosotros, a los pacientes y la odontología en general”, añade.
En esta misma línea se ha expresado Carl Honoré, autor del libro ‘Elogio de la lentitud’ y uno de los máximos representantes del Slow movement, que ha acompañado al Dr. Roig en la presentación y ha recibido el premio honorífico 2018 de Clínicas W. Honoré defiende que hay que hacer las cosas con el ritmo adecuado en cada momento y no a la mayor velocidad como promulga la cultura ‘fast’, “tenemos que evitar que la velocidad se convierta en un piloto automático que controle nuestra vida, trabajar con un cronómetro en mano es muy perjudicial tanto para el profesional como para el consumidor ya que la velocidad afecta negativamente a la productividad y, por tanto, al servicio”.
Mejora media de la facturación del 20,5%
Este modelo, aplica las últimas tecnologías en beneficio del paciente, es a la vez accesible para los profesionales porque viene acompañado de todo un proceso de gestión, que ayuda al odontólogo a optimizar tiempo y recursos para poder centrar su atención en la asistencia. En el primer semestre de 2018, las Clínicas W han elevado su facturación una media del 20,5%, y lo han hecho gracias a la introducción del método Slow. “Hay que entender que el dentista se debe a sus pacientes y no siempre encuentra tiempo para gestionar su clínica. El modelo que abandera Clínicas W propone una forma totalmente innovadora de dirigir una clínica dental priorizando el máximo nivel en el servicio e impulsando los resultados, lo que revierte en su rentabilidad, pero sobre todo en la calidad del servicio a los pacientes”, detalla el Dr. Roig en referencia a la valoración de más de nueve sobre diez en las encuestas de satisfacción de los pacientes de las Clínicas W.
Y es que, según ha detallado el Dr. Roig en la presentación, “en nuestro país contamos con excelentes odontólogos, con la última tecnología y con tratamientos pioneros, sin embargo, hacen falta más propuestas que generen valor y se adapten a las circunstancias del paciente actual. Clínicas W se compone de profesionales brillantes que ponen toda su pasión en ayudar a cambiar la vida de las personas a través de la sonrisa”.
Odontología Slow en 5 pasos
En el año 2018, el primer ejercicio completo de funcionamiento de la red, el volumen de facturación de las Clínicas W alcanzará los 10 millones de euros y ha sumado un total de 185 empleados (un 84% mujeres). Tras crecer en número de clínicas un 43% en el último ejercicio, la red prevé una expansión sostenida de seis a ocho nuevas incorporaciones al año.
Y es que, para adherirse a la red, las clínicas se someten a un proceso de formación y auditoría previo en el que se evalúa si es viable la implementación del modelo. En un modelo muy diferente a las franquicias dentales, las clínicas dentro de la red operan bajo el modelo de licencia. Esto implica que asumen un modelo organizativo, pero el propietario de la clínica sigue siendo el odontólogo que incluso humaniza la marca con sus nombres y apellidos, dando mayor confianza al paciente que sabe que siempre le atenderá el mismo profesional.
En este sentido, las nuevas Clínicas W realizan una formación previa y la adaptación al modelo de Odontología Slow es de cuatro meses. Los objetivos se consiguen a través de protocolos de actuación asistenciales y de gestión que fueron desarrollados por el Dr. Roig y su equipo, una visión que fue premiada en la primera edición del programa emprendedor Lanzadera. La innovación sigue siendo uno de sus pilares estratégicos y, de hecho, cuenta con una cátedra de empresa en la Universidad Politécnica de Valencia donde se desarrolla toda la investigación.
Retos del sector
La apuesta por la investigación es otra de las claves diferenciales del proyecto W. Desde su laboratorio han salido varias encuestas de salud bucodental que ayudan a los odontólogos de la red a mejorar su atención al paciente. El último estudio, realizado este mismo mes, entrevista a más de 600 dentistas de toda España. En él se desgranan las principales dificultades de los profesionales (competencia desleal y aumento exponencial del número de dentistas) además de hacer un perfil de las clínicas atendiendo a su tamaño (3 sillones), facturación media (un 80% factura menos de 0,5 millones anuales) y perspectivas de crecimiento de las clínicas odontológicas (auge de los tratamientos estéticos).
El estudio destaca que la ortodoncia, la implantología y la estética dental se revelan como las especialidades que más han crecido en 2018, con un aumento continuado del número de pacientes atendidos. En este sentido, el estudio concluye que los tratamientos rehabilitadores son los que mayor auge tendrán los próximos años.
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