La revalorización de las pensiones y la subida de las prestaciones mínimas y las de viudedad elevarán el gasto de la Seguridad Social casi un 5% interanual, una cifra que no se veía desde 2013.
Las pensiones crecerán este mes de agosto al mayor ritmo de los últimos cinco años, después de la entrada en vigor de la actualización de las prestaciones con el IPC, el incremento de las pensiones mínimas y la subida de viudedad. La nómina mensual de la Seguridad Social en agosto ascenderá a 9.213 millones de euros, de acuerdo con los cálculos de Rafael Domenech, jefe de Análisis Macroeconómico de BBVA Research. Esto es, un alza del 4,8%, algo que no se veía desde el año 2013.
Esta subida se debe al efecto combinado de tres factores. Por un lado, la revalorización de las pensiones del 1,6% supone un alza considerable respecto a la cifra del 0,25% proyectada inicialmente. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que las pensiones mínimas y asistenciales se incrementaron un 3%, dando una nueva vuelta de tuerca a la nómina total. Finalmente, las pensiones de viudedad más bajas se elevan del 52% de la base de cotización al 56%, lo que supone un incremento de hasta el 7,7% para más de medio millón de pensiones de este tipo. Todo ello provocará que el gasto total en pensiones acelere el paso del 3% anual al 4,8%, una cifra que no se había visto en los últimos cinco años.
A lo largo de los últimos ocho ejercicios, tanto el Gobierno de Zapatero como el de Rajoy han tratado de moderar la escalada del coste total de las pensiones, bien congelando las nóminas de los jubilados, prolongando la edad de jubilación, introduciendo nuevas fórmulas para limitar la revalorización o acompasar el importe a la subida de la esperanza de vida. Sin embargo, estos esfuerzos, que fueron posibles en un momento en el que los precios estaban congelados, se han desvanecido conforme la subida del petróleo ha presionado al alza la inflación, y la debilidad parlamentaria del anterior Ejecutivo le obligó a pactar los PGE.
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