El contexto laboral actual está teñido de singularidades propias de nuestros tiempos. Lo que años atrás parecía habitual y de tendencia hoy queda obsoleto y antiguo. Y entre estas singularidades y particularidades cabe destacar el tiempo medio de permanencia de un trabajador en una misma compañía. La globalidad, la competencia y la flexibilidad laboral son solo algunos de los indicadores responsables de un cambio que, hoy, se escenifica tanto por parte del empleador como del empleado.
Apuntan los expertos que las variantes sobre el período de espacio-tiempo que tarda un trabajador en buscar nuevos horizontes laborales cambia según el rango que éste ocupa y también según el país. En España, por ejemplo, la media de tiempo que un trabajador de entre 25 y 34 años permanece en la misma empresa oscila entre los 3 y los 5 años, momento en el que muchos se plantean cambiar de compañía. Detrás de esta decisión existen multiplicidad de factores entre los que destaca: el salario, la progresión interna y la inconformidad. Y es que hoy, los empleados no están dispuestos a esperar mucho tiempo para ver materializadas sus expectativas.
El período de reflexión sobre la posibilidad de cambiar de trabajo suele coincidir con las vacaciones. Y ciertamente, es un buen momento para reflexionar y valorar cuanto hay de madurado en esta posible decisión. Pero sea coincidiendo con el período estival o durante otra época del año conviene que dicha reflexión sea analizada y estudiada con detenimiento.
¿Qué hay que tener en cuenta para decidir si queremos cambiar de trabajo? Para realizar un cambio profesional se debe considerar los aspectos motivacionales tanto intrínsecos como extrínsecos. Lo primero, por tanto, es valorar si el trabajador se siente cómodo con el trabajo que realiza, si lo disfruta, y consecuentemente, si tiene o no una motivación alta para llevarlo a cabo. Una vez analizado este primer escenario, corresponde valorar factores extrínsecos, que son todos aquellos relacionados con lo que lo que se obtiene a cambio del trabajo que se realiza. Y aunque en esta parcela las circunstancias de cada cuál pueden ser muy variadas, de nuevo, salario, posibilidades de promoción, horarios y beneficios extra vuelven a estar en todas las quinielas de quienes valoran un cambio laboral. De hecho, hasta 7 de cada 10 trabajadores que se plantean un cambio de empleo, lo hacen por motivos salariales.
Además, el período de reflexión debe incorporar también la evaluación de otros aspectos igualmente relevantes como el equilibrio, el enfoque y lugar en dónde, cada trabajador, puede desarrollar mejor sus aptitudes y obtener, a largo plazo, una mayor progresión.
Con todo, el proceso de decisión de un cambio laboral es complejo y requiere de un análisis exhaustivo y de profundidad. La combinación de la coyuntura económica de los últimos años y la educación que han recibido los trabajadores más jóvenes ha dado lugar a una nueva mentalidad. Por ello encontrar empresa y trabajadores dispuestos a formar equipo hasta el fin de su vida laboral, reviste cada vez de mayor complejidad.
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