Airlines for Europe (A4E), asociación que reúne a las principales compañías aéreas del continente, denunció este miércoles que las huelgas de controladores han provocado ya la cancelación de 5.000 vuelos en lo que va de año, afectando a 784.000 pasajeros, por lo que pide la intervención de la Comisión Europea.
«Las huelgas de controladores de tráfico aéreo están destruyendo el tráfico aéreo y la economía de Europa», denuncia A4E en un comunicado, en el que lamenta que este año las huelgas en Francia se han multiplicado por cuatro.
Como consecuencia, los retrasos dentro de los 15 minutos siguientes a la hora programada de salida de los vuelos se han cuadruplicado en mayo de 2018 (56.000) en comparación con el mismo periodo de 2017 (14.000).
Más allá del impacto en su operativa, las aerolíneas están obligadas a pagar a los pasajeros una compensación por los retrasos y reubicarlos en vuelos alternativos pese a que no tienen derecho a recuperar estos costes de los proveedores de tráfico aéreo a pesar de ser los responsables de la situación.
Por todo ello, el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, explica que, junto a Ryair, se plantean presentar una reclamación ante la Comisión Europea ya que «las huelgas de control aéreo representan el mayor desafío que enfrenta nuestra industria».
Además, lamenta que «las continuas huelgas de los controladores de tráfico aéreo de Marsella tienen una desproporcionada repercusión en las aerolíneas que operan desde Barcelona ya que ellos controlan los vuelos sobre la mayor parte del espacio aéreo del Mediterráneo». En el caso de Vueling, esto afecta al 50% de sus vuelos.
«La Unión Europea debe actuar de inmediato para proteger los derechos de los consumidores y prevenir un daño económico a largo plazo de las economías europeas.», sostiene.
En la misma línea, su colega de Ryanair, Michael O’Leary, advierte de que «estas disrupciones son completamente inaceptables y hacemos un llamamiento a los gobiernos y a la Comisión Europea para que actúen con urgencia y de forma decisiva para garantizar que los proveedores de tráfico aéreo tengan el personal necesario y que los sobrevuelos no se vean afectados cuando las huelgas tienen lugar a nivel nacional, tal y como ocurre reiteradamente en Francia.».
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