A finales de los años 60, cuatro hosts conectados a la red ARPANET hacían que Internet iniciara su trayectoria. Casi medio siglo después, esta tecnología de origen estadounidense ha cambiado drásticamente la sociedad hasta convertirla en la actualmente llamada ‘Sociedad de Datos’. Cada día, a veces sin darnos cuenta, generamos un gran volumen de datos. Sin ir más lejos, IBM estima que se crean alrededor de 2,5 trillones de bytes cada 24 horas, una cifra que irá aumentando año tras año.
“Los humanos somos una fuente inagotable de datos; los generamos a través del uso de los smartphones, las smart TVs, las aplicaciones de películas bajo demanda o incluso al planificar nuestras vacaciones”, explica David Manero, científico de datos e instructor en Udemy, la plataforma global de formación online. “Pero no solo las personas generamos datos; el Internet de las Cosas (IoT) supone un volumen todavía mayor y esos datos se están utilizando para obtener información que podría curar enfermedades o luchar contra el crimen”.
El ‘petróleo’ del siglo XXI
El móvil, la pulsera de fitness, el coche conectado a Internet… En la actualidad, vivimos hiperconectados dentro de un mundo digital donde todo comportamiento deja una huella. Generamos datos al interactuar en redes sociales o al usar el navegador pero también mientras utilizamos miles de aplicaciones gratuitas en las que el precio que pagamos realmente son nuestros datos. Sin embargo, aunque se ha hablado mucho del alto valor que tienen, los datos en sí mismos no son tan interesantes.
“A comienzos de siglo las empresas se dieron cuenta de que sus datos eran valiosos e invirtieron para obtener y almacenar datos de sus clientes, sus procesos, etc.”, asegura el instructor de Udemy. “En los últimos años, nos hemos dado cuenta de que esos datos en bruto son potencialmente valiosos, es decir, hay que interpretarlos y transformarlos en información que ayude en la toma de decisiones”.
Según Manero, los datos podrían compararse con el petróleo, que gana valor una vez refinado. Gracias al tratamiento y procesamiento de los datos es posible, por ejemplo, detectar patrones, lo que se traduce en detección de enfermedades, de fraude, etc. También a través del proceso de ‘clusterización’ de datos se consigue la secuenciación del ADN y con algunos algoritmos es posible incluso la predicción de accidentes de tráfico y delincuencia.
Los retos de la Sociedad de Datos
Cada vez se toman más decisiones en torno a los resultados extraídos de datos, lo que nos convierte en una sociedad ‘data driven’ con tres grandes retos, según el instructor de Udemy:
● Comprobar la veracidad de las informaciones. Debemos preguntarnos quién es la fuente del dato y en ocasiones qué intenciones hay detrás de la información que estoy compartiendo o viralizando
● Proporcionar información real del coste de los servicios digitales. Los usuarios deben estar informados cuando los datos son la moneda de cambio para hacer uso de aplicaciones o dispositivos digitales
● La trazabilidad de los datos. Si los datos personales van a ser utilizados por un tercero, debemos saber quiénes son y para qué van a emplearlos
“Las empresas nos ofrecen servicios ‘gratuitos’ como una cuenta de correo o una app de gestión financiera en los que el pago real son nuestros datos. Cada uno debe decidir si quiere o no pagar ese precio, por lo que las empresas deben ser más transparentes especificando estas contraprestaciones y el usuario debe informarse sobre qué datos van a obtener de él”, destaca David Manero.
Reglamento e-privacy
A finales de este mes de mayo entrará en vigor el reglamento de privacidad electrónica (e-privacy) de la Unión Europea como un pilar importante de la legislación en protección de datos3.
Este texto, explica el científico de datos, cambiará de manera profunda el modelo de privacidad: aumentará los controles y sanciones a las empresas que tienen los datos, aclarará la información para los usuarios y se definirá mejor a los profesionales que se encargarán de auditar esa privacidad.
“Con este nuevo marco legal las empresas no solo tendrán que declarar que poseen archivos de datos personales, sino los procesos y flujos de comunicación de datos con los clientes”, subraya el científico de datos.
¿Estamos preparados?
Otro de los puntos pendientes en el Big Data es la formación de profesionales, necesarios para sacar el máximo provecho a los datos y para adaptar y auditar la nueva legislación de e-privacy. Según explica el experto de Udemy, los sistemas educativos tienen un reto importante para adaptar la oferta formativa a nuevas tecnologías y áreas como la Inteligencia Artificial o la Ciencia de Datos, para lo que sus temarios deberán estar constantemente actualizados conforme a la realidad profesional.
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