La participación femenina en los entornos de gestión y dirección se ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, como apuntan desde Datisa, aún queda mucho camino por recorrer, más aún en el mundo de la empresa tecnológica, tradicionalmente dominado por los hombres. Datisa lo sabe bien pues es una compañía dirigida por una mujer, en la que se practica la filosofía de la inclusión, de la participación y del intercambio.
“Afortunadamente -como reconoce Isabel Pomar, CEO de Datisa- en los últimos años estamos asistiendo a la llegada de mujeres a puestos de máxima responsabilidad en las empresas tecnológicas más punteras. Y eso, permite ir eliminando las barreras que durante tantos años hemos tenido las mujeres para alcanzar nuestras metas profesionales”.
En Datisa, desde sus inicios en 1979, se organizó un equipo multidisciplinar y basado en la diversidad, también de género. Ya entonces, durante los primeros años de la compañía se incorporaron mujeres a su plantilla, incluso en puestos de gran responsabilidad. Un aspecto innovador que se ha impregnado en el ADN de una organización que, apuesta por el talento, por las competencias y por el compromiso, con independencia de que quien atesora esas cualidades sea hombre o mujer.
Marta Romero, responsable de la gestión de personas en Datisa dice que “para nosotros es un orgullo formar parte de una empresa cuya filosofía de gestión se centra en la integración, en la participación y en el intercambio. El trabajo en equipo y el compromiso es importante no solo para el cumplimiento de los objetivos corporativos sino para la mejora continua del bienestar de los trabajadores”.
Desde su constitución han pasado por Datisa grandes profesionales femeninas que han ocupado puestos de alta responsabilidad. Hoy, su cara visible es Isabel Pomar que practica una gestión que apuesta por la igualdad de oportunidades y por el compromiso en cuestiones trascendentales como la integración y la conciliación.
La gestión del talento en Datisa también está vinculada a la capacidad innovadora de la organización. Una innovación que han implementado no solo en el área de la Investigación y el Desarrollo sino en el propio entorno de la gestión y los procesos. “Solo siendo innovadores conseguimos la diferenciación que buscamos. Y hablo de innovación en todos los entornos de la compañía”.
El hecho de que todavía no haya demasiadas mujeres cursando estudios técnicos sigue dificultando su acceso a departamentos como Programación o Desarrollo. Pero eso, apunta Isabel Pomar, no tiene nada que ver con la discriminación profesional, sino con la elección personal de los itinerarios académicos que son los que, al final, deben determinar en gran medida la orientación profesional de cada uno.
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