El absentismo laboral es un fenómeno que suscita un gran interés en las empresas desde hace varios años. Sin embargo, el presentismo laboral es todavía desconocido, en parte debido a la falta de estudios que analicen su magnitud y sus consecuencias directas en el mundo laboral. Con el objetivo de conocer en profundidad esta práctica y arrojar algo de luz sobre el asunto, The Adecco Group puso en marcha hace cuatro años una encuesta de carácter anualque pretende medir este fenómeno y saber si realmente es un hábito extendido entre los trabajadores españoles.
En la IV Encuesta Adecco sobre Presentismo Laboral se ha entrevistado a más de 30.000 directores y responsables de recursos humanos para saber si cuando los trabajadores están en su puesto de trabajo, dedican su tiempo a las funciones que les competen o si, por el contrario, se dedica una parte del tiempo a asuntos personales o a paradas recurrentes que afecten a su productividad, como pueden ser las ausencias repetidas por tabaquismo, las pausas para tomar el café, los desayunos, los excesos en la pausa de la comida o el uso de Internet con fines no laborales, entre otros.
Y no sólo eso. The Adecco Group también ha querido analizar el presentismo específico en las trabajadoras y en los mayores de 45 años para saber si estas prácticas se dan en mayor o en menor medida que en otros colectivos de trabajadores. Además, se ha preguntado a las empresas si los empleados recuperan de alguna manera esas ausencias.
El presentismo afecta a más de la mitad de las empresas españolas
Los resultados de este último informe ponen de relieve el incremento que está experimentando el presentismo en el mundo laboral y que alcanza ya al 56% de las empresas españolas, que son las que afirman haber detectado alguna práctica presentista entre su plantilla durante el último año.
Si se tiene en cuenta que en 2016 esta cifra era del 53%, se puede decir que el presentismo se ha incrementado un 5,7% durante los últimos doce meses. Sin embargo, este crecimiento es aún más representativo si se tienen en cuenta los datos de los últimos 9 años (2008-2016), en los que ha tenido lugar cierta generalización del presentismo prácticamente en todas las empresas. En este período de tiempo se ha reducido el número de empresas que declaran no tener ninguna práctica presentista, mientras que ha aumentado el número de aquellas que aseguran tener “algunos” o “muchos” empleados presentistas, tal y como se puede observar en el gráfico.
La intensidad de estas prácticas también se ha incrementado durante estos 9 años. Ahora son más las compañías que declaran que el presentismo se da con “media”, “mucha” y “máxima” intensidad, mientras que disminuye el de aquellas que consideran que es de “poca” o “mínima” intensidad.
A partir de aquí se plantean dos posibles escenarios totalmente opuestos entre sí:
• Por un lado, que el empleado se sienta más seguro y por eso dedique más tiempo a otros que haceres ajenos a sus obligaciones laborales. Esto unido al aumento que se aprecia en los dos últimos años del absentismo laboral podría interpretarse como que a mayor seguridad laboral, mayores son las ausencias laborales y el tiempo de trabajo que se dedica a otros temas.
• Por otro lado, se puede interpretar como que el empleado no acaba de sentirse seguro en su puesto de trabajo y mantiene su presencia en la empresa, si bien rellena ese tiempo con tareas ajenas a su empleo. Esto concuerda con el incremento del absentismo en 2015 y 2016 y con una posible desvinculación emocional con la empresa que puede deberse a las contrataciones temporales y los bajos salarios.
Los datos analizados y su evolución temporal durante lo que llevamos de crisis podrían ser reflejo de una polarización de las condiciones laborales, que marcaría los dos tipos de perfiles de trabajador que se pueden encontrar actualmente en la mayor parte de las empresas:
• Empleados que, después de que su empresa haya realizado numerosos despidos, se sienten más seguros en su puesto de trabajo y están predispuestos a estas prácticas. También podrían estar incentivados al presentismo por una reducción coyuntural de la carga de trabajo, lo que les dejaría tiempo disponible durante la jornada laboral.
• Empleados con escasa vinculación emocional con su empresa debido a las malas condiciones laborales que tienen (bajos salarios y/o contratos temporales o a tiempo parcial) y que, o bien aumentan sus prácticas absentistas, o bien mantienen la presencia en sus puestos de trabajo, pero dedican más tiempo a tareas impropias de este, lo que produce un incremento del presentismo.
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