El ADP Research Institute® (ADPRI) ha encargado un nuevo estudio para determinar qué tienen en cuenta los trabajadores al decidir si permanecen en su trabajo actual o buscan uno nuevo. Las conclusiones de ADP®, publicadas en “Evolution of Work 2.0: The Me vs. We Mindset”, evidencian que los empleados europeos tienden a concentrarse en los aspectos laborales que les afectan en su día a día (la mentalidad del «yo»), mientras que los empleadores se centran en aspectos más generales, sobre todo en el desarrollo de trayectorias profesionales a largo plazo (la mentalidad del «nosotros»). A pesar de la mejora del mercado laboral europeo, la confrontación del «yo» contra el «nosotros» se hace cada vez más evidente en cuestiones como la retención de empleados. A medida que desciende el desempleo y se consolidan los mercados laborales europeos se está abriendo una brecha cada vez más amplia en las opiniones de empleadores y empleados acerca del ámbito laboral.
El estudio de ADP sugiere que los empleados europeos tienden a cambiar de trabajo con menor frecuencia en comparación con otras partes del mundo. A pesar de ello, muestran una actitud abierta al cambio en su situación laboral, con un 64 % de los encuestados convencido de que hoy en día la seguridad laboral no existe y casi la mitad (47 %) conscientes de que todo el mundo debe mantenerse continuamente en busca de su próxima oportunidad laboral. A los empleadores europeos debería preocuparles, por tanto, que mientras que el 57 % de los empleados considera sus expectativas laborales cumplidas, una gran minoría opina todo lo contrario.
“Por supuesto, el salario y el horario laboral son factores importantes para la retención de los empleados, pero el cumplimiento de las expectativas de estos resulta esencial”, afirma Ahu Yildirmaz, codirector del ADP Research Institute. “Los empleados aseguran que la probabilidad de quedarse dentro de una empresa aumenta si sus experiencias en el puesto se ajustan a las expectativas acordadas en el momento de la contratación y si entienden la forma en que su puesto contribuye al logro de los objetivos empresariales. Sin embargo, en cuanto un puesto se aleja de tal entendimiento, el empleado empieza a considerar abandonarlo”.
Además el estudio arroja otras conclusiones clave como el hecho de que los empleados europeos se sienten menos valorados que los del resto del mundo. No obstante, señala grandes diferencias entre los distintos países europeos, pues únicamente el 38 % de los empleados británicos y un preocupante 23 % de los franceses se sienten valorados en el trabajo, en comparación con el 56 % de los alemanes. Al mismo tiempo, en todos los países europeos existe una tendencia de los empleadores a sobrevalorar la opinión de los empleados a este respecto, una discrepancia que podría afectar a la retención. Sentirse valorado parece ser un factor clave en la satisfacción laboral, y en este sentido los empleadores cuentan con un gran margen de mejora en comparación con otros valores emocionales como la lealtad, el compromiso y la confianza.
También se pone de relieve la capacidad de mejora en la gestión del talento, un aspecto en el que los empleadores europeos creen sobresalir más de lo que realmente expresan los empleados. De hecho, menos de la mitad de los empleados otorga a su empresa una nota alta en los factores individuales que engloba la gestión del talento, como la gestión del rendimiento, donde sólo un 38 % considera que su compañía va por el buen camino, en comparación con el 65 % de los empleadores. Existe un desacuerdo similar en lo que concierne a los procesos empleados para determinar los aumentos de salario y los incentivos, un aspecto de las empresas que recibe una valoración alta de parte de tan solo el 31 % de los empleados, frente al 58 % de los empleadores.
La creciente brecha entre el «yo» y el «nosotros» también debe analizarse en el ámbito de la formación y el desarrollo: ADP revela un escepticismo por parte de los empleados a la hora de constatar un plan de mejora claro o la entrega de recompensas a cambio del desarrollo de sus habilidades. Solo el 40 % de los empleados europeos afirma tener un plan de desarrollo claro en su empresa, en comparación con el 68 % de los empleadores, que piensa que sí lo tienen.
A la luz de estas conclusiones, Jan Siegmund, director financiero de ADP, comenta: “los informes económicos de ADP sobre el empleo y los salarios demuestran que si los empleadores no consiguen cumplir las necesidades de sus empleados estos pueden buscar fácilmente un nuevo trabajo en otra empresa. Asimismo, los empleadores se enfrentan a una especie de tormenta perfecta en lo que respecta a la retención de los empleados más competentes. Mientras ellos se esfuerzan por alzarse como empleadores de preferencia y afrontan el pago de mayores salarios, entre otras medidas, sus empleados tienen al alcance de la mano un sinfín de avances tecnológicos que facilitan enormemente la búsqueda de nuevas oportunidades laborales”.
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