El fútbol no es solamente un deporte sino es un fenómeno cultural que en los últimos años se ha convertido en un negocio y una diversión tanto para los futbolistas como para los aficionados que lo siguen en el estadio o desde la tele. Y es por eso que hoy en día este circo mediático está movido y dirigido sobre todo por directivas que hacen hincapié en presupuestos enormes para reforzar sus equipos, puesto que el primer valor económico de un club de fútbol se mide según la calidad de sus futbolistas. En los últimos años se han registrado una serie de fichajes y de movimientos de mercados espantosos, en los que varios jugadores han cambiado de camiseta por conveniencia propia tanto económica como deportiva. Y es en ese ámbito que entran en juego los recursos humanos.
De hecho, si tomamos al pie de la letra la definición según la cual en la administración de empresas denominamos recursos humanos aquel trabajo que permite llegar al proceso de gestión de selección, contratación y formación del personal. En el mundo del fútbol, este proceso por un lado es más fácil y por otro más complicado. Más fácil porque hoy en día todos vemos por televisión cómo juega un determinado jugador y, por ende, podemos evaluar su impacto en la nueva empresa, es decir el club, y hacernos una idea de su utilidad en el nuevo equipo, que no deja de ser un conjunto de futbolistas que juegan para ganar juntos. Por otro lado, la selección de un jugador es hoy en día más difícil porque existen tantos futbolistas con potencial para llegar a lo más alto que los casos de malos negocios son bastante frecuentes. Por este motivo, os que fichan tienen que andar siempre bastante con cuidado y evaluar bien los riesgos a los que se enfrentan. Más todavía si vemos las cantidades de dinero desembolsado para los fichajes más recientes, entre los que destacan el de Neymar Jr. y de Kylian Mbappe por parte del Paris Saint Germain, respectivamente por 222 y 180 millones de euros.
Si nos fijamos en estas dos últimas incorporaciones, vemos que el club parisinos ha cumplido con dos tendencias opuestas en la Ligue 1, el campeonato en el que participa: la primera ha sido la de fichar a un futbolista de un equipo que milita en su mismo país, es decir Mbappe, que en los últimos diez años ha sido de un 59%; la segunda ha sido la tendencia de fichar a un jugador procedente de otra liga europea, cuyo porcentaje es del 31%. En cambio, en la Ligue 1 es difícil que se incorporen futbolistas procedentes de otro continente (10%), con la llegada de Giovani Lo Celso al PSG como una de las excepciones. Es por eso que en el fútbol es cada vez más importante saber medir la gestión de los recursos humanos a la hora de fichar. Porque de una incorporación depende el éxito de un club.
Los comentarios están cerrados.