Los meses de julio y agosto aglutinan el periodo del año con mayor número de días de vacaciones por persona. El aumento de las temperaturas trae consigo una bajada generalizada de la actividad laboral y una invitación para disfrutar de las actividades al aire libre. Sin embargo, no todos los trabajadores tienen la opción de tomarse unos días de descanso, la mayoría desearía tener alguno más e incluso en algunos sectores el verano representa el pico anual de actividad.
La falta de motivación, la frustración y otros aspectos perjudiciales como la fatiga son la otra cara de la moneda que nos ofrece este tiempo, llegando a ensombrecer la productividad de los empleados y hasta la propia realización personal. Pero, ¿puede el entorno mejorar la motivación de los empleados y el bienestar en el trabajo? La respuesta es un rotundo sí.
El Facility Management, en su misión de mejorar y optimizar el rendimiento de la organización de las empresas, coloca al individuo como uno de sus principales ejes de actuación. De hecho, una de sus consignas es la de impulsar el espíritu wellness en los entornos de trabajo, considerándose clave para el desarrollo profesional de los trabajadores y elemento fundamental para mantener su motivación antes, durante y, quizás lo más difícil, tras las vacaciones.
Desde IFMA España, la Asociación Española de Facility Management, se recomienda que las empresas adquieran estrategias globales de bienestar y la implantación de medidas saludables que sitúen al empleado en el centro de actuación:
- Binomio trabajo/casa: El cambio en el modelo de vida ha dejado una línea casi indivisible entre la vida personal y laboral, y por ello las dinámicas deben aplicarse desde el propio hogar del empleado. En una época donde el descanso nocturno se hace más difícil por las altas temperaturas y la conciliación familiar especialmente importante por las vacaciones de los menores, la flexibilidad horaria y el teletrabajo se imponen como fórmulas idóneas para ayudar al empleado. La Tecnología será el gran aliado.
- Si es luz natural, mejor: Aprovechando precisamente el número de horas de luz de las que disfrutamos durante el verano, conviene que la iluminación tenga reguladas diferentes tonalidades según el momento del día y aprovechar al máximo la luz solar, pues confiere una mayor sensación de naturalidad y un consecuente ahorro energético.
- Control del aire: Una buena ventilación repercute de forma directa en la calidad del aire y la higiene. Además, alcanzar el punto óptimo de temperatura ayuda a trabajar con mayor confort y predisposición, y en el ámbito energético, evita alcanzar los picos de consumo.
- Estómago lleno, corazón contento: Ofrecer un menú variado basado en recetas ligeras de temporada conduce a un doble objetivo, el bienestar y agradecimiento del empleado por un lado, y el descenso de los niveles de fatiga por el otro.
- El verano es tiempo para disfrutar: Cualquier momento del año es bueno para estrechar lazos entre compañeros, pero el verano es la época perfecta para hacerlo al aire libre. Las actividades de team building o los encuentros after work se convierten en un multiplicador positivo de las buenas prácticas, pues el clima laboral es uno de los elementos más valorados por los trabajadores para permanecer en un puesto.
Entender las necesidades de los empleados y apostar por el capital humano es la mejor herramienta para motivar a los trabajadores y conseguir su fidelización. Tenderles la mano para compatibilizar los objetivos empresariales con los personales deriva, sin lugar a dudas, en que el camino hacia el éxito sea conjunto.
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