El director de Relaciones Laborales de CEOE, Jordi García Viña, ha afirmado este martes que los programas de creación de empleo e inserción laboral de los últimos 10 años, como el contrato de formación, han servido para salir de la crisis pero «no están creando empleo» y «no tienen suficiente relevancia», por lo que ha pedido eliminar los obstáculos al empleo de algunas regulaciones e implementar medidas de creación de empleo.
Durante la presentación del informe ‘Estudio sobre la evolución de empresas y trabajadores’, elaborado por la patronal, García Viña ha señalado que las reformas en materia de empleo de 2010, 2011 y 2012 han servido más para salir de la crisis pero «no han servido para crear empleo», como el contrato de formación, modalidad de la que se suscribieron 175.000 contratos en 2015 y solo 46.000 el año pasado.
García Viña ha explicado que durante la crisis se llevaron a cabo numerosas modificaciones para facilitar la salida del mercado laboral, pero pocas para mejorar la creación de empleo, a lo que se suma que en el último año las medidas en materia laboral han sido «muy pocas».
Por ello, considera que ahora toca «cambiar el chip y permitir que el ritmo de creación de empleo sea mucho mayor y más rápido», dado que el desempleo juvenil se está convirtiendo en un «problema estructural» al reducirse «muy lentamente», y el desempleo de larga duración también «se está cronificando».
En este sentido, ha abogado por implementar medidas de mayor flexibilidad en la contratación para conseguir una mayor contratación y un mayor ajuste, y por impulsar programas de reinserción laboral para los desempleados de larga duración, especialmente para los mayores de 55 años.
Respecto al contrato de formación ha lamentado no haya sido más flexible, porque ha hecho que los empresarios hayan decidido en buena medida decantarse por contratos temporales en lugar de esta modalidad, de forma que ha abogado por establecer un nuevo contrato tras analizar que las medidas en materia de formación sean «eficientes» y «útiles».
También ha pedido tener un «especial cuidado y cariño» con las empresas de entre 50 y 250 trabajadores, ya que son las que están presentado los «verdaderos problemas» y registraron el mayor perjuicio durante la crisis.
En todo caso, ha rechazado la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012 porque «no tiene sentido que las leyes sean regresivas de sí mismas», sino que hay que ir «avanzando» en las medidas de dichas normas.
LAS PEQUEÑAS EMPRESAS SUPONEN CASI EL 98% DEL TOTAL
El director de Relaciones Laborales de CEOE ha explicado que el estudio refleja un avance en el número de empresas, que si bien no se sitúa en niveles precrisis (1,4 millones en 2007) se sitúa ya en los 1,25 millones de empresas.
No obstante, ha advertido de que el número de medianas empresas se ha estancado y esto ha repercutido a su vez en cierta medida en el crecimiento de las pequeñas, si bien las empresas muy pequeñas (de 1 a 9 trabajadores) son las que más se han adaptado por medio de sus propios mecanismos de flexibilidad interna durante la crisis.
En cambio, en época de recuperación económica, las empresas que más incrementan sus plantillas y crean más empleo son las de más de 250 trabajadores, que crean el 39,42% del total, siendo solo 4.251 empresas (el 0,32% del total), frente al 15,21% que crean las más pequeñas.
Desde 2010, el número de empresas de menos de 50 trabajadores ha ido aumentando ,mientras que las empresas de más de 50 trabajadores aún no ha recuperado los porcentajes anteriores a 2010. Entre tanto, las empresas de menos de 50 trabajadores ha pasado de representar en 2010 el 97,77%, al actual 97,98%, mientras que las de más de 500 trabajadores han pasado de un 0,16% en 2010 a un 0,15% en 2016.
EL RETA ES «UN REFUGIO»
De igual forma, García Viña ha incidido en la necesidad de una reforma «importante» del ámbito sociolaboral del trabajo autónomo, puesto que «se muestra claramente como un valor refugio» desde el inicio de la crisis, y acometer cambios ante el problema de «rigidez y burocracia».
En este sentido, ha lamentado la pérdida del «ímpetu por el emprendimiento» y que la mayor parte de la población en edad activa prefiera estar en la parte de los asalariados por la mayor conciliación que presenta.
El director de Relaciones Laborales de CEOE ha puesto como ejemplo la poca eficacia de la tarifa plana para los autónomos si después los papeles derivados de la burocracia se lo ponen «muy difícil».
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