España tiene la tercera tasa de empleo más baja de la Unión Europea (UE) para recién graduados, con un 68%, sólo por delante de la que presentan Italia (52,9%) y Grecia (49,2%), según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) a partir de datos de Eurostat.
La tasa española se encuentra diez puntos por debajo del promedio europeo, que se situó a cierre de 2016 en el 78,2%, lejos del 82% que se registraba a comienzo de la crisis pero por encima del mínimo del 75,4% alcanzado en 2013.
Los países europeos que ofrecen la mayor tasa de empleo a los recién graduados, con un nivel educativo mínimo de enseñanza secundaria superior, son Malta (96,6%), Alemania (90,2%) y Países Bajos (90,1%).
Con tasas de entre el 80% y el 88% se encuentran Austria, Suecia, República Checa, Luxemburgo, Hungría, Reino Unido, Dinamarca, Lituania, Letonia, Bélgica y Polonia. Eslovaquia e Irlanda, por su parte, se sitúan en la banda del 79%.
Por debajo del promedio europeo del 78,2% aparecen Finlandia, Estonia, Eslovenia, Portugal, Chipre, Croacia, Bulgaria y Francia, con tasas superiores al 70%, mientras que Rumanía se queda en el 69,3%. Los últimos tres países de la tabla, con las menores tasas de empleo para recién graduados, son España, Italia y Grecia.
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