El porcentaje general de la población española en situación de pobreza y exclusión social o en riesgo de sufrirlo –tasa AROPE, utilizada en toda Europa– bajó en 2016 por segundo año consecutivo, hasta el 27,9%, siete décimas menos que el año anterior (28,6%), según la ‘Encuesta de Condiciones de Vida’, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El indicador AROPE se construye con la población que se encuentra en riesgo de pobreza, con carencia material o con baja intensidad en el empleo. En el año 2016 –y con datos de renta de 2015–, un 2,1% de la población en España estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material y con baja intensidad en el empleo. Por grupo de edad, cabe destacar la disminución del indicador AROPE entre los menores de 65 años.
El INE indica que la reducción global de la tasa AROPE en 2016 se produjo por la bajada de la carencia material severa, que pasó del 6,4% al 5,8%, y por la reducción de la baja intensidad en el empleo, desde el 15,4% al 14,9%. Para el Ministerio de Economía y Competitividad, este descenso una señal del «crecimiento inclusivo de la economía española».
La carencia material severa se define como la ausencia de al menos cuatro conceptos de los nueve que se preguntan en la encuesta: No puede permitirse ir de vacaciones una semana; no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días; no puede mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda; no puede permitirse disponer de un automóvil ni teléfono ni televisor ni lavadora.
Según la encuesta del INE, en 2016, el 49,5% de la población no tenía carencia en ninguno de los nueve conceptos, mientras que el 5,8% estaba en situación de carencia material severa (en al menos cuatro conceptos de la lista de nueve).
Asimismo, revela que de los nueve conceptos que determinan la inclusión de la población en este grupo, los más frecuentes fueron: no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (afecta al 99,4% de las personas en situación de carencia material severa), no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año (99,2%), no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (81,1%) y ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en el último año (75,7%).
En todo caso, dentro de la tasa AROPE hay un indicador que sí ha aumentado. El porcentaje de población en riesgo de pobreza, que se situó en el 22,3% –con datos de ingresos de 2015–, frente al 22,1% del año anterior –con datos de ingresos de 2014–, lo que, según ha explicado el Ministerio de Economía y Competitividad, se debe al aumento del nivel de renta en España.
Fuentes de este Departamento han precisado que éste es un indicador estadístico que representa el porcentaje de población cuyos ingresos se encuentran por debajo del umbral de pobreza. «Al haberse producido un aumento de los ingresos por hogar, ha aumentado el umbral de riesgo de pobreza en casi 200 euros –en el caso de hogares unipersonales–, lo que supone una mayor inclusión de personas bajo este indicador, sin se haya producido necesariamente un empeoramiento de su situación económica», argumenta.
Así, en 2016 el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona (calculado con los datos de ingresos de 2015) se situó en 8.209 euros, un 2,5% más que el estimado en el año anterior. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 17.238 euros.
El INE destaca el aumento de la tasa de riesgo para los mayores de 65 años en siete décimas. Además, señala que la tasa de riesgo de pobreza para los menores de 16 años se situó en el 28,9%, siendo 6,6 puntos superior a la del conjunto de la población.
NIVEL DE FORMACIÓN
Respecto a la importancia que tiene el nivel de formación, el 29,2% de la población que ha alcanzado un nivel educativo equivalente a primera etapa de educación secundaria estaba en riesgo de pobreza 2016 (con ingresos del año 2015). Por su parte, cuando el grado alcanzado es la educación superior, dicha tasa se reducía hasta el 10,3%.
Atendiendo al tipo de hogar, el 42,2% de personas que vivían en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo se situaban en riesgo de pobreza en 2016. Las menores tasas de riesgo de pobreza se daban en los hogares sin niños dependientes. En relación con la actividad, el 48,5% de los parados estaba en riesgo de pobreza, frente al 11% de los jubilados.
Según la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza era del 18,8% para los españoles, del 40,3% para los extranjeros de la Unión Europea (UE) y del 52,1% para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE.
IMPUTANDO EL VALOR DE LA VIVIENDA
En todo caso, al considerar en el cálculo de la tasa de riesgo de pobreza el valor de la vivienda en la que reside el hogar, cuando ésta es de su propiedad o la tiene cedida gratuitamente, la tasa disminuye. Así, si se considera el valor del alquiler imputado, la tasa de riesgo de pobreza se situó en el 19,8% en la ECV de 2016.
La población mayor de 65 años, que en mayor proporción es propietaria de su vivienda, presentó el menor porcentaje de riesgo de pobreza (6,3%). Por su parte, el mayor porcentaje se dio entre los menores de 16 años (28,4%).
POBREZA INFANTIL
Respecto a la situación específica de la población en España menor de 16 años, destaca que la tasa AROPE se ha reducido del 33,4% al 31,7 por ciento. Sin embargo, los menores en riesgo han pasado del 28,8 al 28,9. En todo caso, cuando se computa la vivienda esta última tasa baja el 28,4 en 2016 (frente al 28,7 en 2015).
En cuanto a las tasas de riesgo de pobreza por regiones, las más elevadas se dieron en Andalucía (35,4%), Canarias (35%) y Castilla-La Mancha (31,7%). Por su parte, Navarra (9%), País Vasco (9%) y La Rioja (11,9%) presentaron las tasas de riesgo de pobreza más bajas.
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