La felicidad en el trabajo es una meta que todo profesional aspira alcanzar. Pero sólo aquellos que realmente persiguen su sueño y cumplen su vocación lograrán esa satisfacción laboral. En este sentido, y según los datos barajados por WATCH & ACT, consultora de negocio 360 que trabaja la transformación corporativa desde las personas, la innovación y la tecnología en un marco de aseguramiento, son los deportistas, los investigadores y los profesores los que encabezan la lista de los profesionales más felices en España.
Y no son los únicos. El ‘top five’ se completa con los médicos y psicólogos, a los que les siguen los periodistas, los abogados, empresarios, enfermeros y artistas.
La felicidad en el trabajo no se consigue a través de remuneraciones más abultadas. Luis Fernando Rodríguez, CEO de WATCH & ACT, explica que “muchos de estos profesionales, como los investigadores que se encuentran en el segundo lugar del ránking, no son precisamente los mejores pagados. Sin embargo, se encuentran en lo alto de esta tabla porque la satisfacción profesional depende de aspectos más allá del sueldo, como son el cumplimiento de la vocación y la orientación a resultados que, en la mayoría de los casos, se traduce en una retroalimentación efectiva y afectiva”.
El secreto de la felicidad
Los españoles encuestados indican que el secreto de la felicidad laboral tiene que ver con disfrutar del trabajo que se realiza (38,8%) seguido de contar con un buen ambiente de trabajo y compañerismo (17,5%). Al llegar al tercer factor más importante, existen diferencias entre quienes actualmente trabajan y las personas desempleadas según el estudio. Para los primeros, el tercer motivo de felicidad laboral lo constituye el salario (13,3%) mientras que para los desempleados es la estabilidad laboral lo más importante para ser feliz (17,4%).
A pesar de que muchos de los factores son externos, como el salario, el buen ambiente o la estabilidad laboral, existe un factor al que los trabajadores han dado una importancia primordial, disfrutar de aquello que hacen cada día. Y mientras que el resto de los factores dependen poco de uno mismo, sobre la actitud diaria se puede trabajar.
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