Conceptos como ética, transparencia y buen gobierno tienen cada vez más relevancia en nuestra sociedad. La prueba es el aumento del 135% de las reclamaciones y denuncias de los ciudadanos ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno en 2016 por falta de información sobre las instituciones y su actividad. Exactamente, han pasado de 517 en enero a 1.217 en octubre de este mismo año. Esta creciente demanda de transparencia, coherencia y compromiso hacia las organizaciones públicas también se extiende al terreno empresarial. Un buen ejemplo de ello es el lanzamiento por parte de Transparencia Internacional España del Proyecto Integridad, para la implantación y evaluación de las políticas de integridad corporativa en España en el sector privado.
En este contexto, los ciudadanos muestran cada día menos tolerancia ante los comportamientos poco éticos por parte de las compañías, un momento que Andrea Bonime-Blanc define en su Manual de Riesgo Reputacional como era de la hipertransparencia. ¿Están las empresas realmente preparadas para ejercer esa transparencia sin que sea una obligación? Desde CANVAS Estrategias Sostenibles, consultora especializada en sostenibilidad y responsabilidad corporativa, señalan la ética y la transparencia como los principales retos de empresas e instituciones para recuperar y potenciar la confianza de la sociedad, un bien escaso en los últimos tiempos, coincidiendo con la celebración el 9 de diciembre del Día Internacional contra la Corrupción.
¿Cómo pueden mejorar las empresas en estos dos aspectos? Para empezar, es fundamental la integración del enfoque de relación y gestión de los grupos de interés, su conocimiento y su engagement, para una mirada proactiva de escucha e integración de sus necesidades. El profesor Edward Freeman, padre de la teoría de los stakeholders, define la ética de una organización como un diálogo entre sus diferentes grupos de interés en donde todos tienen que trabajar en la misma dirección y con el mismo propósito. De lo contrario se produce un desequilibrio entre el famoso “ser” y “parecer”. Hablar de stakeholder engagement es pensar en términos de relaciones necesarias para el desarrollo de la propia actividad y del negocio. Y todo esto contribuye, sin dudas, a una mayor apertura además de favorecer una adecuada transparencia.
Para Isabel López Triana, socia fundadora de Canvas Estrategias Sostenibles, “ahora el reto es que las empresas e instituciones dirijan su mirada a lo que significa promover un negocio responsable. Trabajar por construir mejores sociedades que incluya la tolerancia a las diferencias, donde escuchar y atender al otro ayude a seguir trabajando en esa línea sin caer en malas prácticas”.
Es el momento de cambiar la concepción de la empresa como algo vertical para pasar a una visión más horizontal. En estos momentos, el mercado es cada vez más exigente y busca compañías que den un paso más. Comprender la estrecha relación que existe entre beneficios económicos y la transformación activa del entorno en materia de calidad de vida de las personas.
Para Claudina Caramuti, socia fundadora de Canvas Estrategias Sostenibles, “se trata de un nuevo modelo que busca la escucha activa de lo que más interesa a las personas, sean empleados, clientes, proveedores, ciudadanos, para poder ejercitar la integración de sus demandas, ser más tolerantes como organización, más flexibles y responder de forma coherente desde la propia actividad”.
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