El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha afirmado este martes que ni su sindicato ni CC.OO. «han anticipado ni descartado» una huelga general, aunque ha reconocido que ahora no tendría sentido convocarla porque el Gobierno «acaba de llegar y tampoco ha dicho que no vaya a negociar nada».
«Vemos más dialogante al Gobierno, pero tenemos una estrategia para que lo sea más», ha dicho Álvarez en referencia a las movilizaciones que ha convocado UGT junto a CC.OO. para los próximos 15 y 18 de diciembre en forma de concentraciones y una gran manifestación en Madrid, respectivamente.
Álvarez ha indicado que antes de llegar a una huelga general hay que ver cómo se desarrolla el proceso de diálogo social, porque tiempo habrá de convocarla si es necesario. «Los sindicatos tenemos prisa, pero una prisa social, no política, y las huelgas generales quienes las convocan son las organizaciones sindicales», ha subrayado Álvarez.
El dirigente de UGT ha asegurado que los sindicatos no han planteado «líneas rojas no discutibles» en el proceso de diálogo social y ha indicado que, aunque piden la derogación de la reforma laboral, habrían estado dispuestos a sentarse en una mesa para discutir posibles enmiendas a la misma si el Gobierno se lo hubiera ofrecido. En su opinión, sin reforma laboral, en España habría habido crecimiento económico y un empleo de otras características.
El líder sindical ha insistido en que las movilizaciones «democráticas» que han anunciado persiguen «forzar al Gobierno a que negocie» porque se van a aprobar de manera inminente dos medidas muy importantes sobre las que el Ejecutivo no les ha detallado su propuesta: la subida del salario mínimo y la de las pensiones para 2017.
Álvarez se teme que el Gobierno sólo suba las pensiones un 0,25%, mientras los sindicatos defienden un incremento próximo al 1,3%, en línea con la previsión de inflación.
RECUPERAR LA CONFIANZA DE LA SOCIEDAD
También en materia de pensiones se ha referido a la posibilidad de financiar las pensiones de viudedad y orfandad con impuestos. Al líder de UGT no le gusta que se hagan distinciones entre unas pensiones y otras y ha indicado que a él lo que le gusta es «garantizar todas las pensiones vía impuestos».
«Las pensiones de viudedad y orfandad son pensiones contributivas, que están en el sistema y no hay necesidad de cambiar eso. En el fondo lo que se quiere hacer es una segregación entre pensiones de primera y de segunda. Y si lo que se quiere es recortarlas, que se tenga la valentía política de decirlo», ha señalado.
Por otro lado, Álvarez ha reconocido que los sindicatos han perdido terreno en la calle, pero poco en las empresas, por el «varapalo muy considerable» que les ha supuesto encontrarse «en medio de este río de porquería que recorre España: la corrupción».
La pérdida del «prestigio» de los sindicatos junto a la destrucción de empleo son los causantes, según Álvarez, del descenso de la afiliación sindical en los últimos años (UGT ha pasado de tener un millón de afiliados a 800.000). Sin embargo, el líder de UGT se ha propuesto recuperar la confianza de los ciudadanos porque, de lo contrario, será difícil recuperar derechos en España.
«Mirándonos de lado no vamos a sacar nada. Sé que hay ciudadanos que nos miran con desconfianza, pero yo estoy dispuesto a recuperar su confianza. Le pido con humildad a la gente que superemos esa situación de desconfianza porque empezaremos a recuperar derechos si hay unidad y fuerza», ha añadido Álvarez.
El dirigente sindical también ha hablado sobre la financiación de los sindicatos. La legislación laboral, ha explicado, les obliga a negociar por todos los trabajadores, mientras que los costes del sindicato recaen sólo sobre los afiliados, algo que ha considerado «injusto».
«En nuestro país, o se toma alguna medida para impulsar la afiliación a un sindicato o éstos tienen que recibir recursos de la Administración, pero no en forma de subvenciones graciosas, sino para pagar el trabajo de carácter general que hacen los sindicatos», ha precisado.
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