1. ¿Cómo sé si este plan me conviene?
Antes de contratar un plan de pensiones, hay que explicar muy bien al asesor los diferentes objetivos de ahorro e inversión, y haber calculado el capital que se va a necesitar en el momento de la jubilación. El asesor debería dejar claro por qué un determinado producto responde a estos objetivos y necesidades. Como norma general, la inversión en planes debe ser más conservadora cuanto más cerca esté del momento de la jubilación. Asegúrate de saber en qué escenarios podrías perder dinero y qué volatilidad puedes asumir. Averigua qué rentabilidades ha ofrecido el plan en el pasado. Aunque una máxima importante a la hora de invertir es que “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”, un buen comportamiento del plan es indicativo del saber hacer de sus gestores.
2. ¿Cómo debo realizar las aportaciones?
Es importante organizar las aportaciones de forma coherente y disciplinada. La escasa planificación de las inversiones hace que en diciembre se busquen opciones de inversión fiscalmente rentables de cara a la próxima declaración de la renta. Pero al hacer una aportación puntual y en el último periodo se pierde la rentabilidad potencialmente adquirida durante el año. Se recomienda aportar de forma periódica, y no de un solo golpe. De esta forma, el capital irá revalorizándose poco a poco durante más tiempo, y se suavizarán, además, los altibajos que se pudieran producir en el mercado.
3. ¿Cada cuánto debo revisar la cartera?
Este seguimiento puede ser anual o en el momento en que cambien las circunstancias personales. El inversor debe asegurarse de que, con el paso del tiempo, el plan de pensiones se sigue adaptando a su horizonte temporal, a sus necesidades, a la situación del mercado, a su perfil de riesgo y a las perspectivas de comportamiento que tenía el plan en el momento de contratar. Por ello, es importante contar con un asesoramiento financiero de calidad.
Las perspectivas de comportamiento no son lo mismo que la rentabilidad. Un inversor joven puede asumir volatilidad en su cartera. Un inversor cercano a la edad de jubilación no debería exponerse a la volatilidad de la bolsa: si tiene una cartera con mucha renta variable, aunque tenga una alta rentabilidad, puede no ser adecuada a sus necesidades.
Para facilitar esta adaptación en el tiempo se han creado los planes de pensiones de ciclo de vida, que adaptan la inversión de forma automática al grado de riesgo que puede asumir el ahorrador a medida que se acerca el momento de la jubilación.
4. A nivel fiscal, ¿qué beneficios tengo si contrato un plan de pensiones?
La fiscalidad de los planes de pensiones presenta condiciones atractivas para los ahorradores. Las aportaciones a planes reducen la base liquidable general del IRPF, con el límite de 8.000 euros anuales o del 30% de los rendimientos del trabajo y actividades económicas. Así, permiten diferir el pago del impuesto de la renta hasta el momento del rescate. Los planes de pensiones y los planes de previsión asegurados (PPA) son los únicos productos de ahorro a largo plazo que tienen ventajas fiscales en el momento de realizar el ahorro.
5. ¿Qué comisiones tienen los planes y cuándo se pagan?
Actualmente existen dos tipos de comisiones que se aplican a los planes de pensiones, la de gestión y la de depósito. La legislación actual española establece una comisión anual máxima de gestión del 1,5% del patrimonio del plan de pensiones y una comisión de depósito máxima del 0,25%.
Lo adecuado es buscar un equilibrio entre rentabilidad y comisiones. Un plan de pensiones con bajas comisiones pero rentabilidad escasa puede suponerle al ahorrador una pérdida de patrimonio.
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