El Fondo de Reserva de la Seguridad Social (FRSS) podría agotarse en 2018 si no se llevan a cabo reformas sustanciales, según concluye el último estudio de Willis Towers Watson sobre la evolución del Fondo de Reserva de la Seguridad Social en España. El informe, que se realiza a partir de los datos publicados por el Banco de España, la propia Seguridad Social y las proyecciones de la población a largo plazo en España para el periodo 2014-2064 publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), anticipa en 2 años el plazo respecto a su anterior edición e identifica dos posibles escenarios: pesimista y neutral.
Para definir ambos escenarios, la consultora viene trabajando con cinco variables principales que considera fundamentales en las proyecciones del modelo: crecimiento anual de los salarios; la tasa de revalorización anual de las pensiones; la evolución de la tasa de desempleo; la edad de entrada al sistema de cotizaciones y la edad de jubilación.
En esta última edición se ha eliminado el escenario optimista, por haberse manifestado absolutamente alejado de la realidad en los últimos dos años, dado que para ese contexto se consideraba converger en el medio plazo a una tasa de desempleo del entorno del 10%. En el escenario más pesimista barajado, en el que Willis Towers Watson ha trabajado sobre la hipótesis del mantenimiento de la tasa de paro en los entornos del 20%, el fondo se agotaría en apenas 2 años (2018); en el escenario planteado inicialmente como neutral, y que ahora se antoja como el más optimista, que supone una tasa de paro en el medio plazo en los entornos del 15%, se agotaría en el 2019. En ambos escenarios se asume una revalorización mínima anual de las pensiones contributivas del 0,25%.
Como explica Gregorio Gil de Rozas, Head of Retirement de Willis Towers Watson España, “tras las disposiciones extraordinarias realizadas en 2015, las del pasado mes de julio y la previsión del propio fondo de realizar otra disposición extraordinaria el próximo diciembre, se han empeorado sensiblemente nuestras previsiones en todos los escenarios barajados, convergiendo todos ellos a la desaparición del FRSS en uno o dos años. La situación es ciertamente preocupante, por lo que es necesario tomar medidas correctivas con urgencia, no ya para la supervivencia del Fondo de Reserva, para lo que quizá sea tarde, sino centradas en la sostenibilidad del propio sistema de Seguridad Social. Así, si en ediciones anteriores incidíamos en la necesidad de tomar medidas por el lado de las inversiones, la inmediatez de la desaparición del Fondo de Reserva restan ahora capacidad a este tipo de medidas, debiéndose, en nuestra opinión, centrar ahora los esfuerzos en reformar los modelos de ingresos y gastos del propio sistema.”
Según el estudio de Willis Towers Watson, el aumento del número de cotizantes en el último año ha tenido un impacto limitado en la recaudación de las cotizaciones por la precariedad de las mismas, por lo que la posible mejora esperada en la supervivencia del Fondo, no ha sido suficientemente efectiva para paliar las disposiciones extraordinarias que ha sufrido.
El principal reto del sistema, según los analistas de Willis Towers Watson, es el incremento continuado del colectivo de pensionistas, en una tasa anual promedio del +4% hasta 2030, según los propios datos del INE, en comparación con el número de cotizantes en activo.
A ello se une el actual entorno de tipos bajos e incluso negativos, que hace insostenible en el corto y medio plazo la rentabilidad anual promedio acumulada de las inversiones del FRSS en 2015 (4,79%). Según señala Gil de Rozas, “hubiera sido necesario un cambio en la política de gestión de las inversiones, que hubiera contemplado no solo la deuda española como única opción de inversión, sino que hubiese apostado por la diversificación, algo común en fondos de otros países de similares características”.
Para Willis Towers Watson es importante tomar medidas con urgencia porque el sistema de Seguridad Social deberá sobrevivir al Fondo de Reserva y acostumbrarse a seguir funcionando sin este “colchón”.
En este sentido, la consultora aboga por medidas basadas en acuerdos de amplio consenso, en línea con:
- Aprovechar el shock emocional que va a suponer la desaparición del Fondo de Reserva para comunicar a los ciudadanos qué pueden esperar de la Seguridad Social y qué no
- Acortar los plazos de aplicación de las medidas tomadas de recorte de gasto en las anteriores reformas (la aplicación del factor de sostenibilidad, el diferimiento de la edad de jubilación y la consideración de los períodos de cotización)
- Tomar nuevas medidas selectivas de recorte de gasto bajo el principio de que las pensiones siempre deberían ser suficientes (ej. rediseñar las pensiones de viudedad)
- Incentivar u obligar a las empresas a crear planes de empresa donde puedan ahorrar también los empleados para compartir el nivel de responsabilidad de la jubilación entre Estado, empresa e individuo, tal y como defiende la OCDE y hacen la mayoría de los países de nuestro entorno. (El Estado no tiene más capacidad de endeudamiento y son las empresas las que tienen que aportar financiación para este problema nacional).
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