España ocupa la posición número 25 en el índice de justicia laboral de la UE-28 elaborado por la fundación alemana Bertelsmann Stiftung, que advierte de que la mejora del mercado laboral en Europa no está llegando a todos los ciudadanos.
La clasificación elaborada por la fundación alemana a partir de 35 criterios, incluyendo el índice de pobreza, la tasa de paro, el desequilibrio generacional, la no discriminación, los resultados educativos y los servicios de salud, sitúa a España, con 4,76 puntos, a la cola de Europa en justicia social, solo por delante de Bulgaria (4,03), Rumanía (3,91) y Grecia (3,66).
En concreto, la puntuación otorgada a España se basa en los criterios de prevención de pobreza (4,19 puntos), educación equitativa (4,98), el acceso al mercado laboral (3,75), la cohesión social y no discriminación (5,73), salud (7,10) y justicia intergeneracional (4,79).
Por el contrario, Suecia (7,51), Finlandia (7,17) y Dinamarca (7,16) son los países europeos que lideran la clasificación en materia de justicia social, mientras que la media europea es de 5,75 puntos.
El informe señala que Europa se está recuperando lentamente de la crisis económica y financiera, a causa de la tendencia al alza que se registra en el mercado laboral, ya que en comparación con el punto álgido de la crisis en el año 2013, muchas más personas ejercen una actividad remunerada.
Casi dos tercios de los ciudadanos de la UE (215,7 millones de personas) ejercían una actividad remunerada en 2015 (65,6 %), lo que supone una mejora respecto del año anterior (64,8 %). Paralelamente, la tasa de desempleo se redujo del 10,4 % (2014) al 9,6 % (2015). Sin embargo, el desempleo en Europa aún se sitúa por encima de los niveles previos a la crisis (7,1 % en el año 2008).
Lo mismo ocurre con el desempleo juvenil: a escala europea, aún existen 4,6 millones de jóvenes (20,4 %) en paro (2014: 22,2%), mientras que en 2008 solo eran un 15,6 % (4,2 millones de jóvenes).
LA PARADOJA EUROPEA
No obstante, el informe advierte de la «paradoja europea» referida al riesgo de pobreza a pesar del empleo, puesto que «la tendencia al alza en el mercado laboral no va acompañada de una disminución significativa del riesgo de pobreza».
Así, subraya que el porcentaje de personas que a pesar de tener un empleo a tiempo completo no pueden vivir de él, ha aumentado ligeramente. A esto hay que añadir que, en especial, los niños y jóvenes se benefician demasiado poco de la recuperación económica.
Particularmente en los países en crisis del sur de Europa, el porcentaje de jóvenes con riesgo de pobreza o exclusión social continúa siendo elevado.
De hecho, casi uno de cada cuatro ciudadanos de la UE (118 millones de personas o un 23,7 %) continúa en riesgo de pobreza o exclusión social. En 2014, este valor era ligeramente superior (24,4 %).
Los valores son especialmente altos en el sur y sudeste de Europa: en Grecia (35,7 %), Rumanía (37,3 %) y Bulgaria (41,3 %), el riesgo de pobreza y exclusión incluso alcanza proporciones sistémicas. Por el contrario, en la República Checa (14 %), Suecia (16%), Finlandia (16,8 %) y los Países Bajos (16,8 %), el riesgo de pobreza registra sus valores más bajos.
Según los autores del estudio, sigue aumentando el número de personas que, a pesar de ejercer una actividad remunerada a tiempo completo, están en riesgo de pobreza. En 2015, un 7,8 % de los empleados a tiempo completo estaba en riesgo de pobreza en la UE.
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