El 67% de los trabajadores tiene previsto retirarse a los 65 años o antes, aunque solo el 27% ahorra de manera habitual para ello, lo que sitúa a los españoles como los menos concienciados sobre la necesidad de preparar su retiro, junto con Japón y Hungría, según el último Estudio de Preparación para la Jubilación 2016 realizado por Aegon.
Los trabajadores se mantienen optimistas a pesar de esta falta de planificación, ya que el 43% de encuestados espera poder retirarse antes de los 65 años, el 24% piensa que podrá hacerlo incluso antes y el 23% planea jubilarse entre los 66 y los 69 años. Solo el 7% cree que deberá posponer su retiro hasta los 70 años o más.
Por otra parte, el estudio indica que España es el país de todo el estudio, llevado a cabo en quince países de todo el mundo, que más confía en la pensión pública como fuente de ingresos futuro tras la jubilación. Así lo ha afirmado el 64% de encuestados españoles, mientras que a nivel global solo lo hizo el 46%.
En esta línea, el 12% señaló los planes de pensiones de su empresa como fuente de ingresos futura y el 24% apuntó a los ahorros e inversiones privados. A nivel mundial, las cifras son del 24% y 30%, respectivamente.
No obstante, parece que la concienciación de que es necesaria una fuente de ingresos diferente a la pública es mayor entre los jóvenes, ya que la cifra descendió hasta el 45% entre los encuestados de menor edad.
El consejero delegado de Aegon España, Jaime Kirkpatrick, asegura que «los españoles son cada vez más conscientes de la necesidad de ahorrar para su futuro, pero muy pocos dan el salto definitivo y lo ponen en práctica».
Además, tan solo uno de cada cinco tiene previsto un plan de contingencia por si tuviese que dejar de trabajar antes de lo previsto. El 23% que sí lo hace se apoya para ello en sus ahorros personales o en la ayuda de su cónyuge o familiares, pero Kirkpatrick considera que sigue habiendo «muy poca cobertura para estas circunstancias».
El estudio también revela que cada vez más trabajadores demandan una jubilación flexible que compatibilizar con algún trabajo a tiempo parcial, por la cual optaría el 27% de encuestados.
En este sentido, el consejero delegado insiste en la necesidad de los trabajadores de plantearse cómo hacer una transición gradual, en lugar cesar de trabajar completamente de un día para otro, la opción que más convence a los encuestados (48%).
En vista de estas conclusiones, desde Aegon recomiendan impulsar la educación en el ahorro desde las familias. «Los padres pueden inculcar buenos hábitos de ahorro a sus hijos enseñándoles cómo hacer un presupuesto e invertir», explican.
Por otro lado, aconsejan recurrir a asesoramiento profesional, pues «las decisiones no son obvias y hay que saber en qué conviene diversificar las fuentes», además de que la estrategia personal «debe incluir las contingencias por si ocurre algo».
EL PAPEL DE LAS EMPRESAS
Kirkpatrick también ha señalado el «papel fundamental» que tienen las empresas a la hora de concienciar a los trabajadores, no necesariamente ofreciendo planes de jubilación sino ofreciéndoles la información necesaria para que tomen las mejores decisiones.
Según el estudio, el 21% de empleados siente que en su lugar de trabajo recibe suficiente información y ayuda para planificar correctamente su jubilación, mientras que solo el 12% recibe material formativo suficiente y el 49% afirma que no recibe ningún tipo de servicio de este tipo por parte de su empresa.
«Los empresarios tenemos mucho trabajo que hacer, como pensar fórmulas para que los trabajadores llegados a cierta edad sigan teniendo un elemento de jubilación más gradual y flexible», ha defendido el consejero delegado de Aegon, que considera que no existe una edad mínima ni límite para comenzar a prepararse para la jubilación, sino que «cuanto antes se pueda hacer, mejor».
Por su parte, el economista y docente de la Universidad de Alcalá, José Carlos Díez, cree hay empresas que gestionan con éxito su responsabilidad en este sentido, aunque opina que son «pocas» y que será necesario y más eficaz modernizar las compañías ya existentes.
Asimismo, ha sugerido «copiar» a países como Suecia, donde un modelo mixto combina un sistema de reparto público con uno de capitalización privado obligatorio, lo cual ha asegurado que «está funcionando».
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