Los trabajadores dejaron de percibir más de 12.500 millones de euros en el periodo 2010-2015 por las horas extra no pagadas, lo que supuso una merma de 3.500 millones de euros en las arcas de la Seguridad Social en forma de cotizaciones no pagadas, según estimaciones de UGT.
En una nota, la secretaria ejecutiva confederal de UGT, Isabel Araque, considera que la reforma laboral aprobada en 2012 «ha facilitado la explotación laboral y la realización de horas extras no pagadas».
Así, señala que de 2010 a 2015 el número de horas extra pagadas se han reducido un 13,8% y las horas extra no pagadas han crecido en un 33,5% (797 millones de horas extra no pagadas en este periodo).
Este repunte ha hecho que los trabajadores dejasen de recibir unos salarios de 12.500 millones de euros en ese período que legítimamente deberían haber percibido, así como una merma en las arcas de la Seguridad Social de unos 3.500 millones de euros en forma de cotizaciones no pagadas.
CAMBIOS NORMATIVOS Y MIEDO A PERDER EL EMPLEO
Araque achaca este aumento de las horas extra no pagadas a la presión que ejerce el elevado desempleo sobre los trabajadores, que hace que «se vean obligados a aceptar condiciones laborales cada vez más desfavorables por el miedo a no salir de la situación de desempleo o a caer en ella».
También lo vincula a los sucesivos cambios en la normativa laboral que han ido dando «más poder de decisión a los empresarios», y sobre todo la reforma laboral de 2012 que a su juicio «desequilibró la correlación de fuerzas en la negociación colectiva de manera drástica».
Igualmente, achaca el repunte de horas extra no pagadas al auge del contrato a tiempo parcial durante la crisis, que con la regulación dada por la reforma laboral de 2012 permitía la realización de horas extraordinarias, con lo que «muchas veces un contrato de jornada parcial encubría jornadas casi idénticas a las de un contrato a jornada completa».
En este sentido, recuerda que en diciembre de 2013 se produjo un cambio normativo por el cual se prohibieron las horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial, pasando a regularse las denominadas «horas complementarias», que son pactadas de antemano en el contrato. «Esto ha podido desincentivar la utilización del tiempo parcial de una manera tan abusiva como hasta 2013», apunta.
Araque desmiente además que las horas extra sean sinónimo a flexibilidad laboral, ya que «tienen que ver con el abuso empresarial y la explotación laboral» porque «ninguna norma exime a los empresarios de retribuir el exceso de jornada que realizan los trabajadores». «Todas las horas trabajadas deben pagarse», subraya.
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