Oficinas desiertas y comercios cerrados en las ciudades. Playas y terrazas repletas en las zonas costeras. Cada mes de agosto, el panorama aparente en España sugiere un país de vacaciones, con sus empresas cerradas o en estado de hibernación, y buena parte de sus trabajadores disfrutando de la playa o la montaña. Sin embargo, un reciente estudio realizado por Grant Thornton entre cien empresas españolas medianas y grandes de todos los sectores, muestra que sólo un 18% de las compañías cuelga el cartel de “cerrado por vacaciones”. Esto es, cierra o reduce al mínimo su actividad y proporciona vacaciones a la gran mayoría de sus empleados en un mismo periodo, normalmente el mes de agosto.
Según el estudio, la mayor parte de las empresas españolas de más de 100 empleados sigue en funcionamiento durante el periodo estival. El porcentaje más alto de estas empresas, un 45%, reduce en cierta medida su actividad, pero la mantiene escalonando las vacaciones de sus empleados.
Otro 37% de las compañías apenas varía su ritmo respecto a otros periodos o incluso alcanza su pico de actividad durante el verano, lo que les lleva a establecer turnos de vacaciones para sus empleados durante el resto del año.
“La percepción del país como cerrado por vacaciones en agosto tiene sin duda parte de realidad, pero también un sesgo sectorial y territorial. Algunos sectores tradicionalmente relacionados con las oficinas o el pequeño comercio en las ciudades siguen teniendo un parón pronunciado en agosto, pero otros muchos se mantienen a medio gas o incluso a pleno rendimiento”, explica Aurora Sanz, socia de Laboral de Grant Thornton. “En particular el peso del sector turístico en nuestro país sostiene buena parte de la actividad en los meses de verano no sólo por sí sólo sino también en numerosos sectores relacionados o auxiliares”.
Entre las empresas que sí cierran por vacaciones el motivo más mencionado, por un 56%, es la reducción en la demanda que se produce en estos meses y que no justifica el mantenimiento de la actividad.
Estacionalidad dentro de la estacionalidad
Pese a los indicios de una mayor actividad en las empresas, agosto sigue siendo el mes de vacaciones por excelencia para la mayoría de españoles. Según datos de la Encuesta de turismo de residentes publicada por el INE, en ese mes de 2015 se realizaron 12,7 millones de viajes con motivo de las vacaciones de verano, más del doble (un 129% más) que los registrados en julio, 5,6 millones y muy por encima de las cifras de junio (1,8 millones de viajes) y septiembre (3,8 millones).
En contraste, las llegadas a España de turistas extranjeros en verano del año pasado apenas aumentaron un 5% en agosto, 9,3 millones, respecto a julio, 8,8 millones, según la encuesta oficial FRONTUR. La diferencia entre el mínimo veraniego de llegada de turistas extranjeros, en junio, y el máximo en agosto es de tan sólo un 28% mientras que en el caso de los viajes de residentes en España supera el 600%.
“Aunque en conjunto se ha avanzado bastante en el escalonamiento de los periodos vacacionales, el turismo nacional sigue muy volcado en el mes de agosto, sobre todo si nos comparamos con los países del entorno”, explica Aurora Sanz. “Esto produce una estacionalidad adicional dentro de la consabida estacionalidad veraniega que constituye uno de los principales problemas de nuestro modelo turístico. Particularmente esto se traduce en temporadas muy cortas en aquellos destinos que dependen más del turismo nacional y que constituyen una parte fundamental del sector pese a la mayor visibilidad de los destinos con proyección internacional”.
“Sería positivo no sólo para el sector turístico sino para el crecimiento económico general que empresas y trabajadores siguieran avanzando hacia una mayor diversificación de los periodos de menor actividad y de vacaciones”, concluye Aurora Sanz, socia de Laboral de Grant Thornton.
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