España ha bajado un puesto en seguridad en la jubilación y ocupa actualmente el lugar número 37 de 43 países, según la edición 2016 del índice mundial de pensiones de Natixis Global Asset Management, que advierte de que, desde la creación de este estudio en 2013, España no ha dejado de perder puestos en la clasificación.
Este índice estudia factores que determinan la seguridad en la jubilación y ofrece un baremo para comparar las mejores prácticas en las políticas de jubilación de los países analizados.
Para puntuar la seguridad en la jubilación se tienen en cuenta cuatro factores que influyen en la vida de los pensionistas: la dimensión financiera, el bienestar material, la salud y la calidad de vida.
En la edición de este año, el estudio se centra en un número más reducido de países que en años anteriores, principalmente economías desarrolladas donde la jubilación es un problema social y económico acuciante.
Entre los países que se sitúan a la cabeza del índice en lo que respecta a la seguridad de la jubilación, el norte de Europa se encuentra entre los diez primeros, con Noruega en primera posición, seguida de Suiza, Islandia, Suecia, Alemania, los Países Bajos y Austria.
España se sitúa en la parte baja de la clasificación, en el puesto 37, por detrás de Portugal (34), México (35) y Chipre (36) y por delante de China (38), Turquía (39), Rusia (40), Brasil (41), Grecia (42) y la India (43).
Aunque España ha perdido un puesto con respecto al año pasado, su puntuación general ha mejorado, alcanzando un 54% este año con la nueva metodología (50,41% en 2015). Ello es debido a la mejora de los indicadores de desempleo, felicidad, presión fiscal y morosidad bancaria dentro de los subíndices de bienestar material, calidad de vida y finanzas en la jubilación.
En el subíndice de finanzas en la jubilación, España ocupa la posición número 28 por su elevada deuda pública y su ratio de dependencia de la tercera edad, que está previsto que se duplique de aquí a 2050.
Aunque el descenso del paro ha permitido a España mejorar su posición en el subíndice de bienestar material (puesto número 40, frente al 41 de 2015), Natixis advierte de que el país sigue teniendo una de las tasas de desempleo más altas de todos los países analizados, sólo superado por Grecia, y que el elevado nivel de paro podría afectar a las pensiones de jubilación contributivas.
En cuanto a sus resultados en otros subíndices, España se encuentra en la mitad de la clasificación en salud (puesto 21) y calidad de vida (puesto 23), y presenta la cuarta mayor esperanza de vida de todos los países del estudio.
Los españoles deben asumir un papel más activo en su jubilación
Según Natixis, los inversores españoles son muy conscientes de la necesidad de contribuir más a la financiación de la jubilación. De hecho, el 67% de los españoles encuestados por la compañía afirma que la jubilación es su principal prioridad financiera. Además, el 78% de los españoles siente que la responsabilidad de financiar su jubilación recae cada vez más sobre ellos.
«El hecho de que los ciudadanos sean más conscientes indica que vamos por el buen camino en España. Nuestro reto es ayudar a los inversores a controlar las emociones a la hora de invertir para que no se centren sólo en lo que está ocurriendo en los mercados en el momento, sino en sus objetivos a largo plazo. Estamos convencidos de que los fondos de inversión pueden ser una alternativa a los métodos tradicionales de ahorro», subraya la directora general para Iberia y Latinoamérica y responsable del área US Offshore de Natixis Global AM, Sophie del Campo.
Sin embargo, Natixis avisa de que muchos españoles podrían estar subestimando cuánto necesitan ahorrar para poder vivir desahogadamente durante su jubilación. De media, los inversores españoles piensan que necesitarán el 62% de su renta previa para vivir cómodamente durante su jubilación, un porcentaje inferior al 70-80% que se recomienda normalmente.
Para aumentar la seguridad en la jubilación, Natixis recomienda favorecer el acceso a planes de ahorro individuales o de empresa; incentivar el ahorro para la jubilación con un tratamiento fiscal ventajoso; impulsar la afiliación automática a planes de ahorro de empresa, y poner en marcha políticas monetarias, fiscales y sanitarias que contribuyan a que los pensionistas sean autosuficientes.
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