Aunque el modelo de negocio de los Centros de Servicios Compartidos (CSC) lleva aplicándose con éxito desde hace varios años, algunas empresas siguen viendo el coste como único impulsor a la hora de pensar en la ubicación óptima para el CSC. La localización es un aspecto clave en este tipo de proyectos, pero en ningún momento debe ser la única motivación, tal y como se extrae de la publicación “Tendencias clave para directivos y altos ejecutivos a nivel mundial” de Page Executive, firma especializada en la búsqueda y selección de perfiles de alta dirección.
Esta decisión estratégica requiere un profundo conocimiento del entorno social, político y económico del país ya que el peligro de no analizar estos elementos puede llevar a una organización a tomar una decisión poco acertada o mal calculada.
La disponibilidad de personal multilingüe y altamente cualificado es también un criterio decisivo a la hora de escoger la ubicación del CSC. El establecimiento de este tipo de centros aporta grandes beneficios tanto para la región donde se implantan como para la organización. Por esta razón, Page Executive analiza las cinco ventajas de establecer un Centro de Servicios Compartidos:
1. Ahorro de costes. Este ahorro viene derivado de la ubicación del CSC en una zona con costes comparativamente más bajos.
2. Obtención de sinergias. Especialmente, en la gestión de procesos de BackOffice como consecuencia de armonizaciones y de la simplificación de procesos.
3. Información más fiable. Incluir aspectos clave como la armonización de procesos permite una mayor fiabilidad y calidad de la información.
4. Mayor control interno. La creación de un CSC permite establecer sistemas de control interno más eficaces, homogéneos y específicos.
5. Mejoras continuas de procesos. La tendencia de ampliar el campo de actuación de estos centros hace posible aumentar las eficiencias en el largo plazo.
Una de las ciudades europeas más recomendadas y mejor valoradas para la centralización de servicios de soporte es Barcelona. La ciudad condal está atrayendo a un gran número de inversores, gracias a la política de incentivos a la inversión que está impulsando el gobierno regional. “Nuestro país puede configurarse como un gran receptor de CSC debido, por un lado, al aumento de la competitividad derivado de una contención salarial y, por otro, a la existencia de un amplio mercado laboral con jóvenes muy cualificados, un elemento clave en la elección de España como receptor de este tipo de centros.
Sin embargo, es necesaria una apuesta firme y decidida de la Administración, que debe apoyar estas iniciativas mediante un programa marco coordinado y estable que potencie la presencia de nuevos CSC, a través de instrumentos de política fiscal, laboral e institucional”, afirma Miguel Portillo, Senior Executive Director de Page Executive.
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