Las empresas españolas siguen apostando por el camino hacia la globalización creando lazos con mercados extranjeros y poniendo la mirada en el exterior para crecer y alcanzar nuevos objetivos. Sin embargo, mirar al exterior conlleva una serie de aspectos con los que las empresas deben contar previamente; un ejemplo de ello es el conocimiento lingüístico y comunicativo que deben tener los profesionales para establecer relaciones con otros países. “Las relaciones entre profesionales es un aspecto fundamental para internacionalizarse con éxito y, en muchas ocasiones, por falta de soltura en las habilidades lingüísticas puede convertirse en un problema para internacionalizarse con éxito”, afirma Ángels Creus, socia directora de Essential For Business.
Desde Essential for Business, un servicio de formación de profesionales a nivel lingüístico y de habilidades comunicativas para desarrollar el talento a nivel internacional, detallan 5 claves a tener en cuenta para que el idioma no sea un obstáculo en la internacionalización:
- La estrategia lingüística: Es fundamental definir una estrategia lingüística que esté alineada con la visión y estrategia de la compañía y con su gestión global del talento. Una estrategia lingüística que permita a la organización lograr los objetivos y prioridades marcadas. Esta estrategia puede consistir en un extremo en aplicar un proceso de «Englishnization», como denomina Hiroshi Mikitani CEO de Rakuten, al hecho de establecer el inglés como lengua vehicular de la compañía en el Japón y al resto del mundo, o en el otro extremo nos podemos situar en una empresa que lo base todo en la utilización de intérpretes y traductores. Lo importante es tener estudiada, definida e implantada la estrategia que permita la consecución de los objetivos fijados para el negocio.
- La estrategia escogida implicará seguramente un proceso de segmentación de las políticas a seguir por grupos de empleados, siendo fundamental para los colaboradores que tengan que intervenir en la comunicación a nivel internacional, se les facilite el acceso al aprendizaje, se les haga ver la importancia que le otorga la compañía y el retorno que esta espera obtener.
- Un buen método. Es necesario un método que facilite el aprendizaje de los profesionales para desafiar el miedo y la pereza de comunicarnos profesionalmente en otro idioma. Es importante que el método de aprendizaje esté enfocado y alineado con los objetivos de cada profesional dentro de la empresa. “La reproducción de situaciones reales con las que se va a encontrar el profesional permite una rápida puesta en escena y en consecuencia una mayor motivación de seguir aprendiendo” afirma Beatriz Navarro, cofundadora de Essential for Business, haciendo referencia al método del Situation-Based-Learning que proponen.
- Habilidades comunicativas. Al establecer relaciones con personas de otras nacionalidades conviene hacer un reconocimiento de los métodos comunicativos así como el carácter y habilidades características del lugar para poder mantener el respecto así como favorecer la armonía relacional y prevenir cualquier posible malentendido. “No vale únicamente un dominio del idioma excelente, también es fundamental un dominio de las habilidades comunicativas, la comunicación no verbal es clave en estas relaciones”, afirman desde Essential For Business.
- Interculturalidad. El conocimiento de las diferentes culturas con las que se quieren establecer lazos profesionales ayudará a los profesionales a establecer relaciones basadas en el respeto y la confianza con las personas de otros países así como conocer un poco más el mercado al que dirigirse. “A veces los factores culturales pueden tener más importancia que el propio idioma. Un estudio del país, su cultura y creencias, ayuda a los profesionales a acercarse a las empresas extranjeras.”, puntualiza Creus.
- Comunicación formal e informal. La internacionalización profesional está focalizada al ámbito empresarial pero en general, también conlleva momentos de carácter más informal como un coffee-break en una reunión, una comida informal o el inicio de una llamada telefónica. Estas situaciones también se deben conocer para desenvolverse con soltura en ellas, son casi tan importantes como la propia reunión.
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