José Manuel Soria ha tirado la toalla después de una semana dando versiones contradictorias sobre su relación con los ‘papeles de Panamá’. Se lo ha llevado por delante sus mentiras delante de las cámaras y los micrófonos y el shock que eso ha provocado en la ciudadanía, la política y singularmente en su propio partido. El ministro de Industria en funciones ha renunciado al cargo tras verse acorralado por una nueva información difundida este jueves que apuntaba a que Soria, junto a su hermano, tenía otra sociedad en el paraíso fiscal de Jersey. En un comunicado hecho público este viernes anuncia que deja también su escaño de diputado -lo que conlleva que su comprometida comparecencia para el lunes en el Parlamento decae- y la presidencia del PP canario. En resumen abandona la política por la puerta de atrás. No podía ser cesado ni podía dimitir del cargo de ministro, pues no lo tiene desde el 21 de diciembre, como el resto de sus compañeros de gabinete. La misma razón por la que Mariano Rajoy no puede nombrar sustituto, limitándose a traspasar de momento las competencias de Industria, Energía y Turismo a Luis de Guindos.
«A la luz de la sucesión de errores cometido a lo largo de los últimos días, en relación a mis explicaciones sobre mis actividades empresariales anteriores a mi entrada en política en 1995, debidos a la falta de información precisa sobre hechos que ocurrieron hace más de 20 años; sin perjuicio de que ninguna de tales actividades empresariales haya tenido relación ni vínculo de tipo alguno con el ejercicio de tales responsabilidades políticas; considerando el daño evidente que está situación está causando al Gobierno de España, al PP, a mis compañeros de militancia y a los votantes, singularmente grave en el momento político actual, comunico que, tras conversación con el presidente del Gobierno, le he trasladado mi decisión irrevocable de presentar mi renuncia expresa a las funciones que como ministro de Industria, Energía y Turismo tengo encomendadas desde el pasado 21 de diciembre», sostiene Soria en un enrevesado comunicado oficial.
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