La madrugada de este domingo 27 de marzo se atrasarán los relojes una hora y a las dos serán las tres. Este cambio de horario tiene, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un potencial ahorrador en nuestro país que puede llegar a representar el 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones pertenecen al uso doméstico (unos 6 euros de ahorro por hogar).
Se trata de una medida que, aunque para muchos supone un trastorno del sueño, busca traer consigo, además del referido ahorro energético, un impacto positivo en sectores como la salud, el ocio, la seguridad vial, el medio ambiente y, sobre todo en el hogar, donde se materializan la mayor parte de los beneficios de este nuevo horario. Por ello, los expertos de Casaktua.com han establecido estas tres recomendaciones:
1. Adaptar nuestra casa a la subida de las temperaturas.
Dado que las temperaturas tenderán a subir, hay que evitar el uso de la calefacción. Las horas de sol irán aumentando, por lo que se recomienda mantener las persianas subidas durante el día para que se produzca la mayor transmisión posible de calor procedente del sol. También así se retrasará al máximo la utilización de luz artificial.
Otra buena medida es disminuir la temperatura del agua fijando el termostato a un máximo de 50 grados. Preocuparnos de desenchufar los aparatos que ya no utilicemos por la llegada de la primavera (calefactores, mantas eléctricas, deshumidificadores, etc.) y evitar el uso de la secadora. Todo esto, además de suponer un indudable ahorro en nuestras facturas, conlleva una mejora en la salud, ya que según numerosos estudios la presencia de luz natural en el hogar provoca una mejora en el ánimo, activa las defensas, mantiene en forma el sistema nervioso y ayuda a regular el sueño.
2. Recuperar actividades de ocio
Como en casa no se está en ningún sitio, pero la llegada del buen tiempo anima a salir a la calle y practicar actividades de ocio. Si aprovechamos estas largas tardes de sol para pasear, ir al parque con los niños, hacer deporte, etc., disminuiremos el gasto energético normal del hogar y ganaremos en salud. Además, el hecho de ir andando y evitar el uso del coche tiene repercusiones positivas para el medio ambiente y favorece a que no se produzcan atascos.
3. … y acompañarlo con un consumo eficiente en el hogar
Convertir nuestra casa en un sitio energéticamente eficiente está al alcance de todos, no solo para ahorrar, sino también para contribuir a cuidar el medio ambiente. El primer paso está en adoptar pequeños hábitos como apagar las luces al salir de una estancia (en el caso de fluorescentes o bombillas de bajo consumo es preferible dejarlas encendidas cuando la ausencia sea inferior a 20 minutos) o evitar dejar aparatos eléctricos en stand by, ya que se estima que el consumo fantasma supone entre un 7 y un 11% del consumo eléctrico de un hogar medio.
Otra opción es el uso de iluminación LED. Puede ayudar a ahorrar hasta un 90% de energía y reduce costes de mantenimiento y reemplazo. Por ejemplo, una bombilla normal de 75W encendida durante tres horas diarias cuesta 14,8€/año, mientras que una bombilla LED similar supone sólo 2,8€/año.
Finalmente, es muy importante cuidar nuestro consumo energético en la cocina. Es el lugar de la casa donde más energía se consume y llevar a cabo prácticas como aprovechar la capacidad de carga de lavavajillas y lavadora, cocinar con olla a presión y poca agua, prescindir del uso innecesario del horno o evitar abrir la puerta de la nevera durante mucho tiempo, puede resultar muy eficiente.
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