Cerca de 60 millones de los trabajadores del servicio doméstico que hay en el mundo, el equivalente al 90% del total, no tienen ningún tipo de cobertura de Seguridad Social, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la protección social de los empleados del hogar.
En el mundo hay 67 millones de trabajadores del servicio doméstico, de los que el 80% son mujeres. La directora del Departamento de Protección Social de la OIT, Isabel Ortiz, ha subrayado que la mayor parte del trabajo doméstico carece de protección, por lo que cuando los trabajadores domésticos envejecen o sufren lesiones, son despedidos sin una pensión o apoyo adecuado. «Esto puede y debe ser corregido», ha indicado.
La OIT señala que el trabajo doméstico es considerado un sector difícil de abarcar porque es un trabajo que se realiza en hogares privados y, con frecuencia, para más de un empleador. Esta ocupación se caracteriza además por una rotación del empleo elevada, frecuentes pagos en especie, salarios irregulares y falta de contratos formales de trabajo.
La OIT considera que las políticas para extender la protección social a los trabajadores domésticos son elementos fundamentales de la lucha contra la pobreza y a favor de la igualdad de género, dado que muchos empleados de este sector son mujeres.
Los trabajadores del servicio doméstico de los países en desarrollo son los que menor protección social tienen (en Asia y América Latina se concentran el 68% de los trabajadores domésticos del mundo), pero también existen muchas lagunas en determinados países industrializados.
De este modo, cerca del 60% de los empleados del hogar de Italia no están registrados en la Seguridad Social. En España y Francia, el 30% de los trabajadores domésticos están excluidos de la cobertura de Seguridad Social, según la OIT.
Los empleados del hogar migrantes, aún más discriminados
El estudio advierte además de que los trabajadores domésticos migrantes, estimados en unos 11,5 millones de personas en el mundo, suelen enfrentarse a una discriminación aún mayor.
Así, cerca del 14% de los países cuyos sistemas de Seguridad Social ofrecen algún tipo de cobertura para los trabajadores domésticos, no confieren los mismos derechos a los trabajadores domésticos migrantes. «No hay justificación para que este grupo permanezca excluido de la Seguridad Social, que es un derecho humano de todos», defienden desde la OIT.
En opinión de Fabio Duran-Valverde, economista principal de la OIT, aunque no existe un único modelo que resuelva las necesidades de los trabajadores domésticos en todos los países, la cobertura obligatoria en lugar de voluntaria resulta «crucial» para alcanzar una cobertura adecuada y eficaz en cualquier sistema.
Sin embargo, también avisa de que la cobertura obligatoria por sí sola no será eficaz y que deberían ponerse en marcha otras medidas para aumentar la protección social de este colectivo, como incentivos fiscales, planes de registro, campañas de sensibilización y cheques de servicios.
El informe constata que es «factible y asequible» que los sistemas de Seguridad Social incluyan a los trabajadores domésticos, incluso en los países de bajos y medios ingresos.
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