Las relaciones interpersonales son complejas por naturaleza, y en el mundo laboral se complican más al establecerse relaciones entre personas que es posible que no tengan felling. Si a esto se le añade que en muchos casos esta convivencia se da entre profesionales de distintas generaciones, ¿cómo se gestionan estas relaciones para potenciar talentos sin generar conflictos?
En la actualidad, la velocidad que alcanzan los cambios en una organización, sumado a la incorporación a la plantilla de las llamadas generaciones nativas digitales, trae consigo que tengan que convivir varias generaciones simultáneamente en un mismo equipo funcional o de trabajo. Entre los diferentes miembros de estos equipos puede surgir una pregunta trascendental: ¿cómo me comporto cuando entre mis compañeros existen diferentes generaciones?
Según explica Carme Castro, coach y socia de Kainova, empresa especializada en la gestión y desarrollo de las personas, hasta hace pocos años se había relacionado edad con conocimientos: a mayor edad, mayor expertís y mayor probabilidad de estar en una posición de liderazgo. Esta creencia organizacional, que se ha mantenido largo tiempo, ha cambiado con la irrupción de las nuevas tecnologías y las empresas líderes en este sector, que han adquirido un papel fundamental en la economía mundial. Uno de los principales elementos diferenciadores de estas compañías es la juventud de sus fundadores y CEO’s. Muchos de ellos lanzaron sus empresas con poco más de 20, 25 o 30 años, como Mark Zuckerberg, de Facebook, Nick Swinmurn, de Zappos, o Larry Page y Serguéi Brin, fundadores de Google.
Desde entonces, otras muchas organizaciones también han apostado por jóvenes talentos y energía renovada para sus puestos de managers y directivos, porque comprenden con mayor facilidad las tendencias, son más flexibles y se adaptan rápidamente a los cambios. Y, por supuesto, las nuevas tecnologías son para ellos parte de su vida.
Si esto se observa desde la perspectiva de los compañeros de trabajo, cabe preguntarse: ¿qué pasa cuando mi jefe tiene 20 años menos que yo? Y si lo vemos desde la perspectiva de estos jóvenes talentos, la cuestión sería: ¿cómo lidero personas que tienen 20 años más que yo?
En realidad, apunta Carme Castro, estas dos preguntas, aunque formuladas desde diferentes perspectivas, son exactamente iguales, pues tienen la misma respuesta: sea quien sea el líder o aquel sobre el que se ejerce el liderazgo, al final hay que aprender a gestionar esta nueva realidad. “La diferencia es que probablemente el joven tendrá menos miedo al fracaso y se atreverá a intentarlo, mientras que los de generaciones veteranas tienen que hacer un esfuerzo mucho mayor para adaptarse a esta situación, pues para ellos es disruptiva”.
También se dan casos en los que estos veteranos, con una dilatada experiencia profesional, lideran equipos en los que sus miembros tienen más conocimientos técnicos o formación que ellos, algo que puede provocar fricciones entre jefe y subordinado. La única forma de afrontar esta situación, explica Carme Castro, es ser consciente de lo positivo que aporta el uno al otro en su relación laboral para así poder sumar entre todos y avanzar hacia el éxito profesional y empresarial.
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