El secretario general UGT-Cataluña y candidato a la Secretaría General de UGT, José María Álvarez, ha apostado este lunes por «recuperar el prestigio» del sindicato y la ilusión y salir del próximo Congreso Confederal «dejando de hablar de nosotros y hablando de los problemas de la gente», frente a una etapa de la que se siente corresponsable y donde, a su juicio, «ha funcionado mucho el buenismo».
En rueda de prensa en Toledo, junto el secretario general UGT-CLM, Carlos Pedrosa, Álvarez se ha referido a asuntos como la corrupción y ha reconocido que aunque el sindicato «está bien», la percepción social que se tiene de él «ha bajado». A su juicio, los sindicatos no estaban preparados «estructuralmente» para poder convivir con situaciones de corrupción como las que se han conocido, en las que a UGT se le ha tratado «mal».
Por ello, su intención es la de tomar las decisiones pertinentes para que el conjunto de la organización «tenga una gestión transparente». «Hay que tomar las medidas necesarias para que tengamos la absoluta garantía de que la gestión del sindicato, su manera de proceder, está plenamente homologada, y garantías de que es una gestión que se hace honestamente», ha incidido.
Convencido de que «el sindicato va a recuperarse bastante más rápido de lo que mucha gente cree», ha asegurado que «en este fangal en que se ha convertido este país, y en el que de manera injusta se ha metido a las organizaciones sindicales, no hay una relación causa-efecto».
Así, y preguntado sobre casos como el de los ERE de Andalucía, la amnistía fiscal del líder minero José Ángel Fernández Villa o las ‘tarjetas black’ de Caja Madrid, Álvarez ha señalado que una cosa son los hechos probados, como «los dos compañeros que no han tenido un comportamiento honesto» –en referencia a Fernández Villa y al exsecretario general de Madrid, José Ricardo Martínez– y otra cosa es, respecto al resto, «cuánto hay de verdad o cuánto hay de mentira, o de responsabilidades jurídicas y políticas».
José María Álvarez ha indicado que UGT tiene «un código ético más profundo que el penal» y ha incidido en tomar medidas para que, cuando una organización de UGT firme un convenio para dar un servicio con una administración, se sepa «cuál es el servicio que da, dónde lo da, qué personal se contrata y establecer para qué tiempo es ese servicio».
«En Cataluña, desde 2008, hacemos que todos los convenios firmados con todas las administraciones tengan una línea común, y es que tengan que ver con las razones fundacionales del sindicato», ha explicado, adelantando que cuestiones como esta son las que quiere incluir en un plan estratégico para UGT si es elegido en el Congreso Confederal, que se celebrará del 9 al 12 de marzo en Madrid.
En cualquier caso, y respecto a la situación de Andalucía, se ha mostrado convencido de que el tiempo les va a dar «muchas razones», entre otras que han sido «la única organización que, ante una situación como la que había, ha cambiado la totalidad de la Dirección del sindicato, en un gesto ejemplar de asunción de responsabilidades antes de las imputaciones, y eso no se nos ha valorado porque este río de porquería en que está sumido este país hace difícil que se pueda visualizar lo que hace cada uno y cómo lo hace».
NUEVA «FASE DE COOPERACIÓN»
José María Álvarez, que cree que cuenta «con avales suficientes» para terminar de formalizar su candidatura, ha explicado sus propuestas de ir a una organización en la que haya tres federaciones para «dar más agilidad y proximidad», y de poner en macha un plan de viabilidad de toda la organización ejecutiva federal y las tres organizaciones estatales, «que recorte gastos» a fin de que ese dinero «caiga en cascada» en forma de recursos a las organizaciones regionales y a los afiliados.
También ha comentado su intención de plantear los «elementos estratégicos» para que el país pueda desarrollar políticas industriales y el de acometer «cierta descongestión del Congreso de la Confederación, que tiene tantas cosas que resolver que al final es difícil», de tal manera que se vayan haciendo conferencias –quiere que la primera se realice antes de final de año– que traten cuestiones como los servicios sociales, las ayudas en materia de vivienda o temas de alimentación.
El candidato a la Secretaría General de UGT ha concluido afirmando que el sindicato entra «en una fase de cooperación» y hacer de la vida del sindicato «una gestión mucho más transparente», convirtiendo cada problema «en una oportunidad; la gran oportunidad para que el sindicato discuta, debata y vote». A su juicio, una vez que la cuestión de la gestión administrativa esté «resuelta y homologada», eso ayudará «a dejar de perder muchas energías».
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