La Comisión Europea ha presentado un estudio sobre el comportamiento del empleo y otras cuestiones sociales a lo largo de 2015 en la Unión Europea en el que destaca que el desempleo se ha reducido de forma conjunta, entre otros aspectos positivos, pero ha advertido que la crisis ha ampliado las diferencias entre los datos de cada Estado miembro.
«Los efectos de la crisis aún se sienten. La crisis ha ampliado las desigualdades entre los Estados miembro», ha apuntado en rueda de prensa la comisaria de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Marianne Thyssen, que ha afirmado que estas disparidades dificultan el crecimiento y erosionan la confianza en Europa y en las instituciones.
En cualquier caso, la comisaria ha explicado que durante el año pasado la recuperación continuó, a la vez que se redujeron las tasas de paro y crecieron los datos de empleo para la mayoría de sectores y grupos de edad, así como los puestos de trabajo a tiempo completo
Además, ha subrayado que tras 2015 hay más mujeres y más jóvenes trabajando y que los hogares europeos han incrementado su renta disponible a lo largo del año pasado.
Por el contrario, ha afeado que las tasas de empleo varían desde el 55% en Grecia hasta el 81% en Suecia, mientras que las de desempleo oscilan entre el 5% que se registra en Alemania a datos superiores al 20% en Grecia y en España.
De la misma forma, ha lamentado que en muchas ocasiones los contratos temporales no se conviertan en contratos indefinidos y ha criticado la «significativa» brecha laboral entre hombres y mujeres. «Las divergencias entre Estados miembro se han incrementado», ha sentenciado Thyssen.
Además, el estudio asegura que la lucha contra el desempleo de larga duración, que afecta a 11,4 millones de personas en la UE, es «crucial» para mejorar la eficiencia del sistema laboral europeo, dado que un parado de larga duración tiene aproximadamente la mitad de oportunidades de encontrar un puesto de trabajo que un desempleado de corta duración, según el informe.
Barreras para emprender
Por otro lado, el informe destaca el potencial del trabajo autónomo y del emprendimiento, aunque también asegura que determinados grupos de la población, como los jóvenes, las mujeres y las minorías étnicas, encuentran barreras para iniciar sus propios negocios y una mayoría no se considera preparada para ello.
En este sentido, el estudio aboga por poner en marcha medidas específicas para sortear estas dificultades, que varían desde facilitar el acceso a la financiación o a incentivos fiscales, la educación para el emprendimiento o el apoyo para el cuidado de menores y de personas mayores.
De la misma forma, la comisaria ha subrayado la necesidad de impulsar la movilidad laboral de los trabajadores entre Estados miembro, de manera que potencie el uso de sus habilidades y el conocimiento. Así, ha reconocido que la movilidad laboral, aunque ha ayudado a ajustar el mercado de trabajo, «sigue siendo limitada» en la UE, con solo el 4% de la población entre 15 y 64 años viviendo en un país distinto al de origen.
«Necesitamos crecer juntos en Europa, la Comisión Europea está comprometida con este objetivo, es la prioridad número uno», ha enfatizado antes de apuntar que es necesario abordar los retos en todos los niveles: europeo, nacional, regional e incluso local. El estudio, ha añadido, «demuestra la necesidad urgente de incrementar los esfuerzos para volver a la convergencia social y económica».
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