En unos días, millones de españoles se llevarán a la boca las 12 uvas con las que cada año dan la bienvenida al siguiente. Una tradición que se remonta a 1909, cuando los agricultores levantinos emprendieron una campaña para darle salida al excedente de cosecha que ese año se había generado. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Gestión y Desarrollo Exterior.
Hoy, se ha convertido en un curioso ritual que se prepara solemnemente horas, días e, incluso, semanas antes de fin de año. De ello saben bien en el Valle del Vinalopó, en Alicante, donde se producen más de 2 millones de kilos de esta fruta con la que despediremos el 2015. De hecho, la localidad de Monforte del Cid conforma, junto a las de Aspe y Novelda, una de las zonas de producción de uva de mesa más importantes de toda Europa.
Desde el pasado septiembre, justo cuando tuvo lugar el corte del primer racimo de la temporada -ya que la uva debe estar embolsada un mínimo de 60 días, siguiendo el Reglamento de Calidad del Consejo Regulador de la Uva Embolsada del Vinalopó-, el trabajo ha sido incesante.
«Es una tarea frenética que necesita mucha atención y organización para que todo salga bien y el fruto llegue en perfectas condiciones a todos los hogares nacionales, y también a otros muchos lugares del mundo. En cuestión de días se envasan miles de kilos de uvas en más de 20 formatos diferentes y para distintos clientes. Los pallets se deben almacenar bien identificados para que los días de carga no se cometa ningún error y todo llegue a su destino en perfectas condiciones», explica Alfredo Miralles Guirao, gerente de la empresa productora, importadora y exportadora de uva de mesa, Uvasdoce.
Una fruta que crea empleo
Al igual que sucede en otros sectores durante la campaña de Navidad, el de la uva también genera miles de puestos de trabajo. De hecho, en la comarca del Vinalopó, más de 13.000 personas han sido contratadas para afrontar el intenso ritmo de trabajo que esta época del año exige. «Además de reforzar las dos líneas de manipulado y envasado de la uva y la plantilla que trabaja en la recolección del fruto, se añade una nueva línea con más de 60 personas que se encargan de los packs de 12 uvas para Nochevieja», reconoce Miralles.
De este modo, la Navidad se ha convertido en la época del año más importante para todas las empresas del sector, ya que «es el período en el que más uva se consume a nivel nacional». Para que todo esté listo a tiempo, se comienza a empaquetar la fruta aproximadamente el 10 de diciembre. No obstante, semanas antes se procede a recolectar la uva y a organizar el trabajo en el almacén.
Todo un ceremonial que, aunque tiene como principal propósito arrancar el Año Nuevo rodeado de buena fortuna, encierra meses de afanosa dedicación para que cada 31 de diciembre las familias tomen reunidas las tradicionales 12 uvas de la suerte.
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