Un buen expatriado puede ser crucial a la hora de que los negocios tengan éxito, ¿cómo debemos elegirlo? Los departamentos de RRHH deben estar altamente cualificados para tomar la decisión correcta respecto a las políticas de internacionalización que afecta directamente al negocio. Así, olvidado ya el paradigma de los antiguos procesos de movilidad geográfica laboral, los departamentos de RRHH deben dirigir sus esfuerzos en encontrar el perfil más adecuado. Según revela el estudio La función de recursos humanos frente a la globalización, elaborado por ERES Relocation Services junto al IESE-IRCO, el “perfil aventurero” será el idóneo.
Este nuevo perfil está marcado por tres características esenciales: apertura a la experiencia, extraversión y bajo neuroticismo. “El aventurero” es una persona con curiosidad hacia situaciones y entornos nuevos, con una marcada tendencia a asumir riesgos; con especial interés por el mundo exterior, extraordinariamente sociable y a la que le gusta cambiar la manera de hacer las cosas; y con una mayor capacidad para hacer frente con éxito a la ambigüedad que caracteriza el entorno global. Esta personalidad facilita el desarrollo de la orientación global de los profesionales, hecho muy significativo durante las estancias prolongadas en el extranjero – ya sea por razones laborales o formativas.
Estas características –advierte Pilar García-Lombardía, investigadora de IESE-IRCO y autora del informe- corresponden a rasgos de temperamento del perfil, que deben completarse con otros componentes de conocimiento y con las necesarias competencias profesionales internacionales que aseguren la consistencia de la identidad corporativa en los procesos de movilidad.
Como destaca Jose Antonio de Ros, Director General de ERES Relocation Services, “el recruitment y la selección han adquirido un protagonismo radical en el contexto de la batalla global por el talento, de ahí que las empresas globales busquen y contraten estos perfiles allá donde estén”. En este sentido cabe tener en cuenta que aquellas universidades e instituciones formativas con un mayor grado de internacionalización constituirán buenos yacimientos de talento global. “Algunas empresas multinacionales saben bien que esto es así, por lo que han desarrollado sus propias estrategias de marca global gracias a las políticas de RRHH que toman como base de recruitment los campus de estas universidades” indica De Ros.
Por tanto, todos los agentes implicados en la globalización de las compañías deben tener en cuenta estas premisas a la hora de formar, retener y potenciar el talento. En la actualidad el mercado laboral no tiene fronteras, habla varios idiomas, busca la especialización y requiere las actitudes y habilidades propias del perfil “aventurero” imprescindibles para alcanzar el éxito.
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