El Getafe se encuentra en una situación complicada. Además de contar con sólo once jugadores para el próximo curso, el equipo azulón tiene hasta el 30 de junio para resolver su deuda con Hacienda (3 millones de euros) y con los jugadores (8 millones) o si no, se verá abocado al descenso a Segunda División, llegue o no a un acuerdo con el Fisco para solventar su situación. Son las normas de la Liga de Fútbol Profesional, (LFP), las mismas que han mandado al pozo de la Segunda al Elche.
Ante este panorama, el presidente y dueño del equipo azulón pretende vender el club para que un nuevo inversor se haga con la deuda y resuelva este complejo panorama que incluso amenaza con la desaparición del club. El problema es que el mandatario está poniendo ciertas exigencias que estarían ahuyentando a los compradores extranjeros.
Según el diario As, Torres estaría pidiendo al nuevo comprador seguir siendo el presidente del equipo y tener un sueldo. Esta exigencia hace complicada la posible salida de Torres, toda vez que supone dar cierto nivel de control del club al todavía presidente.
Desde el entorno del mandatario siempre se ha filtrado que Torres no quiere dejar en manos de cualquier inversor el club, esto es, que no quiere que llegue un millonario o similar que use el club para sus intereses o que pueda provocar una gestión que arruine a la entidad. De ahí su exigencia de seguir como presidente para ejercer de contrapeso a posibles decisiones irresponsables de ese nuevo dueño del equipo.
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