La Unión de Controladores Aéreos (USCA) ha anunciado este miércoles la convocatoria de paros parciales durante los días 8, 10, 12 y 14 de junio, un derecho que ejerce el colectivo por primera vez en 26 años, y con el respaldo de más del 81% de votos a favor de sus afiliados, para un sindicato que engloba al 90% del colectivo.
La última convocatoria de huelga de controladores fue en 1989 cuando el colectivo, ya civil, protestó por la regulación de su integración en la Administración para dejar de depender de la autoridad militar, tras varias huelgas de celo.
La protesta responde a la decisión de ENAIRE, matriz de Aena, de sancionar a 61 controladores aéreos del Centro de Control de Barcelona por el cierre del espacio aéreo en 2010 y de no readmitir a uno de los profesionales, lo que les lleva a un «callejón sin salida», según explicaron los portavoces de USCA en una rueda de prensa en Madrid.
Los paros serán de dos horas, desde las 10.00 a las 12.00 horas y desde las 18.00 a las 20.00 horas durante las cuatro jornadas convocadas por USCA para los días 8, 10, 12 y 14 de junio.
La portavoz nacional de USCA, Susana Romero, cree que estos paros «no deberían afectar» a la actual negociación del III Convenio Colectivo, cuya mesa de negociación ha celebrado esta misma mañana una reunión, planificada antes de confirmarse los paros.
ENAIRE y los representantes de sus controladores aéreos tienen dos años por delante, 2015 y 2016, para negociar un nuevo convenio, siendo de aplicación en todo este periodo el II convenio –dictado mediante el laudo arbitral de Manuel Pimentel emitido el 28 de febrero de 2011– en vigor por estar prorrogado.
LAS RAZONES DE LA PROTESTA
«En un principio los paros iban a ser en marzo, al conocerse las sanciones pero por motivos circunstanciales no era el momento», han explicado en referencia al accidente de Germanwings. Tampoco en Semana Santa, ni durante las elecciones autonómicas y municipales eran fechas adecuadas, explicó Romero.
Al respecto, Romero apuntó que «nunca va a ser un momento óptimo, siempre va a afectar a un sector de la sociedad, de ahí paros y no huelgas generales». «Es ya el último mecanismo que nos queda. No podemos permitir que los trabajadores paguen cuando los responsables se esconden en sus despachos», recalcó.
ENAIRE decidió sancionar a 61 controladores por el cierre del espacio aéreo en 2010, después de que un juzgado de Gavà (Barcelona) confirmase en la causa «el abandono del ejercicio de sus funciones», aunque el juzgado decidió archivar la causa.
Tras los hechos sucedidos el 3 y el 4 de diciembre de 2010, el proveedor de servicios de control aéreo, abrió los correspondientes expedientes laborales disciplinarios a los trabajadores involucrados en el conflicto.
USCA calificó entonces de «especialmente incomprensible» la decisión de ENAIRE, dado que las diligencias judiciales abiertas en 20 juzgados de toda España sobre los mismos hechos quedaron archivadas, y advirtió de que llevaría a cabo las medidas de protesta que considerara oportunas para defender los derechos de sus afiliados, tanto en el plano jurídico como sindical.
Desde USCA no comprenden «la obsesión por no readmitir al controlador aéreo de Santiago», Marco Antonio Enríquez, despedido por los sucesos de 2010. «El despido está basado en hechos irreales», asegura Romero, ya que los trabajadores no acudieron a su puesto de trabajo «por una ley impuesta» al exceder sus horas laborales.
NO DESCARTAN LA CONTINUIDAD DE LOS PAROS
Aún queda pendiente saber los servicios mínimos durante los paros, que han sido «abusivos» en otras huelgas generales y esperan que no afecte a la convocatoria. Por ello, desde USCA no han querido realizar previsiones sobre la incidencia en los paros.
En este momento, solo quedan pendientes de resolución las causas abiertas en Madrid –donde el juez ve indicios de delito de sedición para 113 controladores aéreos y ocho miembros de la junta directiva de USCA– y en Palma de Mallorca. En ambos casos, USCA confía en que se resuelvan de la misma manera.
La portavoz indicó que no teme que los 20 autos sobre los mismos hechos, ya archivados, se reabran. «Los jueces son nuestros únicos aliados», explicó Romero, «si ENAIRE no se sienta ni comprende lo que estamos haciendo, empujados a esta decisión, es posible que nos reunamos y valoremos la continuidad» de los paros de actividad.
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