Correos afronta hoy viernes, 22 de mayo, una nueva jornada de huelga convocada por los sindicatos CC.OO, UGT, CSI-F y Sindicato Libre, en protesta por los recortes que aseguran ha realizado la compañía postal y el «bloqueo» de la negociación del nuevo convenio colectivo.
El paro tendrá lugar después de ayer concluyera el plazo para que los electores depositen en las oficinas postales sus votos por correo y coincidirá con el último día con que cuentan los partidos para enviar propaganda electoral.
Por ello, el Ministerio de Interior ha fijado servicios esenciales que garantizan hasta el 70% de los efectivos en las unidades de distribución postal y en los centros rurales de Correos.
En un comunicado, los sindicatos indican que los centros postales «acumulan miles de envíos de propaganda electoral, certificados, notificaciones, paquetes y cartas con retrasos en la entrega superior a una semana».
La huelga de hoy constituye la última jornada de movilizaciones del calendario convocado por los sindicatos, que incluía otros dos paros de 24 horas los pasados días 4 y 15 de mayo, y tres jornadas de paros parciales, la última de las cuales se desarrolló ayer jueves.
Según Correos, a los paros de ayer, de dos horas de duración al final de cada turno, se sumaron el 7,73% de los trabajadores del turno de noche, porcentaje que disminuyó hasta el 1,4% en el turno de mañana. Los sindicatos elevan estos porcentajes de seguimiento hasta el 85%.
En contra del »bloqueo» del convenio
Con estas movilizaciones, los sindicatos pretenden protestar por el «bloqueo» que consideran registra la negociación del nuevo convenio colectivo de la sociedad postal pública, integrada en SEPI, y por los recortes de personal que, según sus datos, ha llevado a cabo en los últimos años, en los que calculan que se han suprimido unos 15.500 puestos de trabajo.
En su opinión, esta «política de recortes» de Correos está «privando a miles de ciudadanos del derecho a un servicio postal de calidad».
De su lado, al inicio del calendario de movilizaciones, Correos apeló a la «responsabilidad» de los sindicatos, a los que manifestó su disposición a dialogar y su confianza en encontrar puntos de acuerdo.
La compañía recordó no obstante su «obligación» como empresa pública de «ser eficiente en la gestión de los recursos públicos» y de trabajar para «desarrollar nuevos segmentos de negocio que permitan aumentar los ingresos y mantener el empleo».
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