El presidente de CEOE, Juan Rosell, ha viajado a París para participar en las actividades previstas con motivo de la visita de Estado a la República Francesa de los Reyes de España, acompañado del director de Gabinete de Presidencia, de Relaciones Institucionales e Internacionales de la patronal, Narciso Casado.
Rosell asistirá esta noche a la cena de gala que ofrece el presidente Hollande en honor de los Reyes de España y el próximo jueves intervendrá en un desayuno en la Embajada de España, presidido por el Rey Felipe VI, con los responsables de las principales firmas francesas y españolas presentes en ambos mercados.
El dirigente de la CEOE asistirá, además, al Foro Empresarial Hispano-Francés, que será clausurado por Sus Majestades los Reyes en la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y al que han sido invitadas en torno a 400 empresas de Francia y España.
Mañana miércoles Rosell mantendrá reuniones con representantes de la patronal francesa MEDEF. En el Foro Empresarial Hispano-Francés, que se celebra el jueves, los máximos responsables de 400 empresas de ambos países se darán cita en la sede de la OCDE, para presentar, por un lado, el programa de reformas y las condiciones de inversión en España; y por otro, las oportunidades de negocio en Francia.
Según la patronal, las relaciones bilaterales entre Francia y España pueden calificarse como «excelentes» y adecuadas al peso de ambas economías, que se sitúan como la segunda y cuarta más importantes, respectivamente, de la eurozona.
Con un volumen de intercambio bilateral de bienes superior a los 67.000 millones de euros en 2014, el conjunto del comercio bilateral de España con Francia representó el 13% del comercio exterior español.
«Francia es el primer cliente y el segundo proveedor de España, fruto de la madurez de nuestras respectivas economías y de nuestras relaciones de vecindad, así como de nuestra pertenencia a la Unión Europea», según palabras de Rosell.
La «estrecha» relación bilateral se refleja también en una fuerte presencia inversora de las empresas francesas en España y de las españolas en Francia, con unas inversiones acumuladas superiores a los 38.000 millones y 14.000 millones de euros, respectivamente.
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