Con este paro, que tendrá una duración de 23 horas, la formación pretende reivindicar un ferrocarril «público y social» y manifestar su rechazo a la entrada de operadores privados que compitan con Renfe y al «ataque que vienen sufriendo las condiciones laborales de los ferroviarios».
CGT había fijado inicialmente la huelga para el 5 de diciembre, si bien decidió aplazarla para «subsanar los problemas técnicos de la convocatoria» que, según el sindicato, minoritario en los comités de empresa, aducían las compañías para declarar ilegal el paro.
Con la convocatoria, el sindicato, pide asimismo al Gobierno que apueste «de forma plena» por la inversión en líneas de ferrocarril convencional, «el que utilizan el 97% de los viajeros», y la integración de las dos compañías ferroviarias públicas, Renfe y Adif.
CGT demanda además que se negocie la devolución a los trabajadores de la paga extraordinaria de diciembre de 2012, la «plena integración» de los empleados de la extinta Feve en las dos actuales compañías y el incremento de los coeficientes reductores de la edad de jubilación.
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