El pasado lunes 3 de noviembre, IDE-CESEM Business School tuvo el placer de recibir a Margarita Álvarez, directora de Marketing y Comunicación de Adecco, que impartió la conferencia “¿Cómo ser feliz en el trabajo?” ante alumnos y profesores de la escuela de negocios. “Deberíamos ir a trabajar con la misma ilusión que los niños van al cole”, planteó Álvarez a modo de idea central. “Los trabajadores felices son más productivos, eficientes y creativos”, afirmó, “de modo que es responsabilidad de la empresa escucharles y procurar su felicidad”.
A la hora de explicar los aspectos que más influyen en la felicidad en el trabajo, la ponente explicó que la estabilidad o el salario no son tan determinantes como podría parecer. Los funcionarios, paradigma de estabilidad, se sitúan a sí mismos entre las profesiones menos felices. En cuanto al salario, los estudios indican que el efecto de un aumento se pierde al cabo de dos o tres meses. En cambio, Álvarez resaltó los aspectos intangibles como claves para la felicidad: la motivación y el liderazgo (“siempre que no sea para unirse a proyectos mejores, se abandonan jefes, no empresas”), el reconocimiento, el sentido de trascendencia del trabajo o el buen ambiente laboral son los máximos determinantes del grado de felicidad en el trabajo.
Pero no todo es responsabilidad de la empresa. Álvarez citó a la experta Sonja Lyubomirsky para apuntar que la felicidad está determinada en un 50% por nuestra genética, en un 40% por nuestra actitud y sólo en un 10% por las circunstancias que nos rodean. En palabras de la conferenciante “la felicidad es individual y personal”. Y si está en nuestra mano, ¿por qué no ejercitarnos para ser más felices? Ser agradecidos, disfrutar de las pequeñas cosas, cultivar buenas relaciones sociales…Todas ellas son actividades que, dedicándoles atención y tiempo, nos provocan felicidad.
“La felicidad se ha puesto de moda”, destacó la ponente, señalando que todo el que quiere vender algo utiliza la felicidad como reclamo. Apuntó también que ha habido un significativo cambio de mentalidad en este sentido, pues antaño este tema se consideraba “ñoño o poco serio”. Sirva como prueba la afirmación de Freud, según la cuál había “dos maneras de ser feliz: hacerse el tonto o serlo”.
Álvarez cerró la conferencia con el ejemplo de Bután, pequeño país asiático que desde hace años utiliza el FIB (Felicidad Interior Bruta) como indicador de desarrollo, en lugar del tradicional PIB. “Bután no es el país más feliz del mundo, pero ha sido el primero en asumir la responsabilidad de medir y fomentar la felicidad de sus ciudadanos”, concluyó.
Con esta conferencia, el Instituto de Directivos de Empresa continúa profundizando en la vinculación de la felicidad y el trabajo, materia a la que recientemente dedicó un número monográfico de su publicación cuatrimestral, la revista Innovatia, y que es el tema central de muchos de los artículos que antiguos alumnos y profesores publican en el blog de esta escuela de negocios (http://www.formacionparaprofesionales.es/).
Los comentarios están cerrados.