En su homilía en la basílica de Santa María de San Sebastián, el prelado donostiarra ha señalado que solo puede encontrarse la felicidad «en Dios» y para lograrla hay que se «sencillos y humildes». Además, se ha referido a tres cuestiones «de suma importancia para la construcción del Reino de Dios en nuestra sociedad y cuya concreción va a tener lugar de inmediato, al inicio del próximo curso», la aplicación de la nueva regulación en el sistema de enseñanza de la asignatura de Religión; la reforma de la regulación legal del aborto y la lucha contra el paro.
Munilla ha recordado que el próximo curso escolar comienza a aplicarse en Euskadi la regulación de la asignatura de Religión, con una oferta alternativa de otra asignatura de Educación en Valores, lo que, a su juicio, supone «una oportunidad para normalizar la educación, bien sea desde el punto de vista laico, o desde el punto de vista religioso».
En este sentido, ha opinado que se trata de una «oportunidad que nuestro sistema de enseñanza no debiera desaprovechar» y ha advertido de que «se equivocan quienes hacen de esta cuestión una bandera partidista».
Tras apuntar que los tribunales de justicia «han sentado ya una jurisprudencia sólida, para afirmar que desde el punto de vista del respeto a los derechos fundamentales, la asignatura de Religión ha de ser de oferta obligatoria por parte de los centros, y de libre elección para los padres», Munilla ha señalado que las citadas sentencias judiciales disponen «la necesidad de regular una asignatura alternativa, que a tenor de la emergencia educativa en la que estamos inmersos, parece obvio que debiera abordar la educación en la ética».
Además, ha considerado «importante» que esa aplicación «se realice en abierta colaboración con las familias, en el respeto práctico _y no solo teórico del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones morales y religiosas» y ha defendido que para ello es necesario que «en los centros educativos se pueda ejercer el derecho de elección sin presiones ni coacciones de ningún tipo».
«Parece que hemos confundido progresismo con velocidad»
Con respecto al aborto, un tema que «afecta a la esencia misma de la sociedad civil», Munilla ha afirmado que «los hijos que sobrevivan al aborto hoy, serán los ciudadanos del mañana». En este contexto ha indicado que «calificar de progresista el derecho a acabar con la vida humana en el seno materno, es similar a reivindicar como progresista el derecho del empresario al despido libre y sin contraprestación alguna».
«Parece como si en una cultura sin valores, hubiésemos confundido progresismo con velocidad», ha reflexionado, para añadir que «el aborto es una involución social que nos retrotrae a la ley del más fuerte», mientras que la Iglesia «eleva su voz en defensa de los más débiles».
Contra la tentación de crear «empleo de ínfima calidad»
En tercer lugar ha hecho referencia «al drama del desempleo» y ha alertado de la «tentación» de crear «empleo de ínfima calidad, abusando del estado de máxima necesidad en el que se encuentran los parados de larga duración».
Después de reconocer que la salida de la crisis «requiere del sacrificio de todos», el obispo ha considerado que «la llamada al sacrificio colectivo, no puede ser el marco para un retornar a la cultura del enriquecimiento fácil, del que fuimos testigos en los años anteriores a la crisis».
Los comentarios están cerrados.