Los valores y las actitudes son factores que muchas veces no se toman en cuenta la hora de valorar la competitividad de las empresas, sin embargo su influencia suele resultar también decisiva en empresas que han logrado sobresalir en sus respectivos mercados. Así lo pusieron de manifiesto tres importantes empresarios reunidos por la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar (ADEFAM ) para discutir sobre la influencia que en esta variable del éxito juega el hecho de ser una empresa familiar. El peso de estos activos intangibles está en la base de trayectorias empresariales que, partiendo prácticamente de cero y tras muchos años de esfuerzo, se han convertido en referentes mundiales en sus respectivos sectores.
Esta circunstancia ilustra el caso de los tres empresarios familiares que intervinieron en lamesa redonda “La empresa familiar, modelo de competitividad”, organizada por ADEFAM en el marco su XI Asamblea General. Concretamente, Ginés Clemente, consejero delegado de la empresa de componentes aeronáuticos Aciturri, inició su negocio con un crédito de 200.000 pesetas (1.200 euros) hace 35 años, y otro tanto puede decirse de Carlos Añaños, CEO para Asia y Pacífico de la multinacional de origen peruano AJE Group, uno de los fabricantes de refrescos más grandes del mundo, que puso en marcha el proyecto junto a sus hermanos con 7.000 dólares de efectivo (alrededor de 5.000 euros) y 23.000 (unos 16.700 euros) procedentes de un crédito. El tercer empresario que ilustró la trayectoria de su empresa fue Francisco Pons, presidente de la empresa valenciana de alimentación Importaco, que ha transformado una empresa que nació hace 74 años, muy apegada a los productos de la tierra, en el principal referente español del sector de frutos secos y snacks.
La ilusión como motor
Sobre la capacidad de estímulo que tiene la ilusión para alcanzar cualquier meta que uno se proponga, fue elocuente el testimonio de Carlos Añaños. “En 1999 nos reunimos los hermanos para analizar cuáles eran las debilidades y fortalezas del proyecto que nos proponíamos acometer, y después de pasar muchas horas identificando las numerosas debilidades y riesgos de nuestro negocio, solo fuimos capaces de hallar una fortaleza, las ganas de trabajar”. “Construimos nuestra empresa con las tripas, haciendo todos los hermanos de todo”, afirmó Añaños. En esta misma línea se pronunció Francisco Pons, que aseguró que la fórmula que explica la longevidad de su empresa, manteniéndose como una referente de su sector, se resume de forma simple: “muchos cálculos y mucho sufrimiento”. Según comentó, “hay que trabajar muchísimo para anticiparse y adaptarse a los mercados, y la experiencia nos dice que no todo el mundo se anticipa ni trabaja lo necesario”. Por su parte, Ginés Clemente resumió esta actitud en una frase: “hace falta tener suerte en la vida, pero te tiene que coger trabajando”.
En el caso de Importaco, su presidente aseguró que otra de las claves de su éxito reside en su orientación a los principios y los valores. “Tenemos los valores de la empresa escritos y sabemos cómo queremos desarrollarnos. Esto nos convierte en una organización confiable y creíble para nuestros proveedores, clientes y empleados”, afirmó.
¿En qué es única su empresa?
Los participantes en la mesa estuvieron de acuerdo en que la empresa que se proponga alcanza el éxito debe contar con uno o varios valores diferenciales con respecto a su competencia. “Si no aportas algo diferente, el propio mercado te echa”, afirmó Ginés Clemente. Y ese “algo” diferente, en el caso de AJE GROUP, es la “democratización del consumo de colas que ha llevado a cabo su empresa” y “la capacidad para aglutinar a muchos empresarios, bajo el modelo ganar-ganar, para llevar sus productos a muchos consumidores en todo el mundo”, según dijo Carlos Añaños. En el caso de Importaco, su presidente destacó la amplia red de proveedores y clientes exclusivos. “La confianza en nuestra empresa abarata mucho los costes de nuestros proveedores”, aseguró Francisco Pons.
Todos estuvieron de acuerdo en que la condición de ser empresas familiares aporta a sus organizaciones cercanía y motivación, y este sentimiento se traslada a todos los empleados de la empresa. “Hay que cumplir lo que se promete, hablar claro y predicar con el ejemplo, además de tener siempre una actitud positiva y de compromiso”, aseguró Ginés Clemente. A este respecto, Carlos Añaños añadió que el nivel de valores y compromiso que se respira en las empresas familiares es incomparable.
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