Casi un tercio de las supervivientes de cáncer de mama que estaba trabajando cuando comenzó el tratamiento se encontraba en paro cuatro años después. Las mujeres que recibieron quimioterapia fueron las más afectadas, según los resultados de un nuevo estudio del ‘Comprehensive Cancer Center’ de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos, y cuyos resultados publica la revista ‘Cancer’.
Los investigadores analizaron a mujeres en Detroit y Los Ángeles que habían sido diagnosticadas con cáncer de mama en estadio precoz, centrando la muestra en 746 que informaron que tenían trabajo en el momento en que fueron diagnosticadas del tumor. Las participantes fueron encuestadas unos nueve meses después del diagnóstico y luego se les volvió a entrevistar unos cuatro años más tarde.
En general, el 30 por ciento de estas mujeres trabajadoras dijo que ya no estaba trabajando a los cuatro años y aquellas que recibieron quimioterapia fueron más propensas a no estar trabajando cuatro años después de que se les diagnosticara la enfermedad.
Muchas de ellas dijeron que querían trabajar: el 55 por ciento de las que estaban desempleadas afirmó que le parecía importante trabajar y el 39 por ciento señaló que estaba buscando activamente un empleo. Las que no estaban trabajando fueron significativamente más propensas a asegurar que estaban en peor situación financiera.
«Muchos médicos creen que a pesar de que las pacientes pueden faltar al trabajo durante el tratamiento lo recuperarán en el largo plazo. Los resultados de este estudio sugieren lo contrario. La pérdida de empleo es una posible consecuencia negativa a largo plazo de la quimioterapia que puede no haber sido completamente apreciada hasta la fecha», afirma la autora principal del estudio, Reshma Jagsi, profesora asociada de Oncología Radioterápica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.
Muchas pacientes faltan días al trabajo durante el tratamiento de quimioterapia para pasar en casa los efectos secundarios inmediatos de la terapia, algo que los autores del trabajo dicen que es posible que pueda conducir a problemas de empleo a largo plazo.
Además, los tratamientos de quimioterapia pueden causar efectos secundarios a largo plazo, tales como neuropatía o problemas cognitivos, que también podrían afectar a las perspectivas de empleo.
Los resultados apuntan a la necesidad de reducir la carga del tratamiento del cáncer de mama y reforzar los esfuerzos actuales para desarrollar mejores estrategias para identificar a los pacientes con menos probabilidades de beneficiarse de la quimioterapia. Según la Sociedad Americana del Cáncer, 235.030 estadounidenses serán diagnosticadas con cáncer de mama este año y 40.430 morirán de la enfermedad.
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