La compañía automotriz alemana Volkswagen AG ha confirmado que despedirá a unos 900 trabajadores en dos plantas brasileñas, en uno de sus esfuerzos más grandes hasta la fecha por reducir la producción de cara a una débil demanda de vehículos en la mayor economía de América Latina.
Los despidos en las plantas de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo, en las afueras de Sao Paulo, y en Sao Jose dos Pinhais, en el sureño estado de Paraná, comenzarán el 5 de mayo, según el Sindicato de Trabajadores Siderúrgicos de Brasil.
En cualquier caso, a pesar de los despidos, Volkswagen ha añadido que no ha hecho cambios en su plan de invertir 10.000 millones de dólares en Brasil antes de finales del año 2018.
Brasil es el cuarto mayor mercado de Volkswagen después de China, Alemania y Estados Unidos. «Al igual que otras empresas del sector en el país, estamos usando las herramientas de flexibilidad establecidas en los contratos entre la compañía y los sindicatos para ajustarnos a la demanda real de los mercados», ha explicado la compañía en un comunicado.
En marzo, 240.800 vehículos fueron vendidos en Brasil, un 15,2 por ciento menos que en el mismo mes del año previo y un 7,1 por ciento menos que en febrero de 2014, según Anfavea, la asociación brasileña de fabricantes de vehículos. En los primeros tres meses del 2014, la producción cayó un 8,4 por ciento respecto al año previo, a 789.900 automóviles.
Bajo los contratos laborales estándar de la industria automotriz brasileña, los fabricantes de vehículos pueden «prescindir» de los trabajadores durante cinco meses, enviándolos a casa y sus sueldos son pagados en parte por el empleador y el resto es compensado por efectivo del sistema de seguro por desempleo de Brasil.
El presidente de Anfavea, Luiz Moran, ha pedido al Gobierno y a los sindicatos que acepten este tipo de despidos en casos que excedan los cinco meses, lo que requeriría de mayor financiamiento por parte del Gobierno.
El mes pasado, Mercedes-Benz do Brasil, una unidad de la alemana Daimler AG, comenzó un programa de despidos voluntarios en su planta en Sao Bernardo do Campo en un esfuerzo por reducir su personal en 2.000 trabajadores.
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