La proliferación de jóvenes interesados en lograr un mayor crecimiento profesional con experiencias en el extranjero está cambiando poco a poco el perfil del trabajador expatriado y, al mismo, tiempo está suponiendo una baza para que las empresas no dediquen tantos recursos a los incentivos económicos que hasta ahora ofrecían a cada uno de estos trabajadores.
Así lo indica el informe ‘Global Thinking. La batalla por el talento’, elaborado por la consultora especializada en la gestión de procesos de movilidad laboral Eres Recolocation Services.
El estudio contextualiza que «los procesos de asignación internacional están viviendo un momento de cambios importantes, en las necesidades del negocio, en la motivación de los empleados, en las expectativas de desarrollo profesional, especialmente, en la cultura de las organizaciones».
Así, el director general de Eres Recolocation Services, José Antonio Ros, señala por un lado que «debido a la crisis, las familias no pueden renunciar a un sueldo, de modo que el cónyuge no suele aceptar el hecho de dejar su trabajo».
En paralelo se ha producido el nacimiento de una nueva figura de empleado que se ofrece como voluntario en los procesos de selección de expatriados, con el fin de construir su propia carrera. Es el llamado ‘global nomads’.
«Este grupo, formado normalmente por personas jóvenes, solteras y libres de cargas familiares, buscan en la movilidad internacional la satisfacción de sus objetivos, tanto profesionales como vitales, por lo que suelen aceptar de buen grado destinos que sus compañeros han rechazado», explica el informe.
CAMBIA EL PERFIL Y LA EMPRESAS AHORRAN COSTES
La combinación de ambos factores ha hecho que se haya incrementado hasta el 25% el número de varones solteros que se incorporan a los procesos de asignaciones internacionales, y que el grupo de expatriados de entre 40 y 49 años haya descendido con la crisis un 3%, frente al incremento del 4% de aquellos entre 20 y 29 años. Éstos últimos suponen ya el 13% del total de las expatriaciones.
Este cambio de perfil está viniendo muy bien a las empresas españolas, ya que, como añade Ros, «la clave actualmente es promover las carreras internacionales, buscar y situar el talento allá donde sea necesario, y no incurrir en costes excesivos ni en paquetes premium basados únicamente en la retribución y los incentivos».
Así, aunque Ros señala que el volumen total de recursos que se destinan a cubrir los costes de los expatriados es cada vez mayor por el devenir de la economía, el gasto generado individualmente por cada uno de ellos se está reduciendo.
Como señala el informe, «esta puede ser una buena baza para el empresario ya que con los ‘global nomads’ no es necesario recurrir a los incentivos económicos como principal forma de motivación, sino a la oportunidad de crecimiento profesional como clave de su expatriación».
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