Actualmente, Gobierno e instituciones públicas y privadas están promoviendo el emprendimiento como una parte fundamental de nuestro sistema económico; además, en la mayoría de los medios de comunicación se analiza la nueva Ley de Emprendedores informando sobre la financiación, aspectos jurídicos, oportunidades, etc. Pero aparte de esta lluvia de datos, cabe preguntarse: ¿qué conocimientos y habilidades debe tener el emprendedor para afrontar el día a día en la aventura empresarial?
A la hora de dar respuesta a esta pregunta, hay que tener en cuenta, en primer lugar, a qué se va a enfrentar el emprendedor. En este sentido, hay que señalar que el perfil del empresario, de hoy en día, se caracteriza por tener mayores conocimientos e información gracias su formación y a las nuevas tecnologías, pero en su hoja de ruta tiene que tener en cuenta que deberá negociar con los bancos y entidades de crédito, tendrá que vender su proyecto; además, dispondrá de personas a su cargo a las que deberá dirigir y motivar y, ante todo, deberá transmitir una imagen de empresa acorde al sector en donde opera.
En este contexto, José Pascual, fundador y director general del Instituto Pascal indica, “además de la formación técnica que debe tener el emprendedor, es muy importante que posea habilidades para poder fijar metas y objetivos, aprender a superar los miedos, tomar decisiones y superar problemas, entre otros”. Y añade: “para todo ello, existen técnicas formativas que el empresario tiene que tener contempladas para afrontar estas eventualidades y que son indispensables para la continuidad de la empresa”.
En esta misma línea, la formación continua se convierte en una parte fundamental en la estrategia a seguir del emprendedor, debido a que crea las bases del diseño de la futura empresa, como es el área de laboral en el que se debe fomentar la comunicación y las relaciones humanas. “En una pequeña empresa las nóminas pueden ser realizadas por una gestoría, pero aspectos tan importantes como la motivación, el liderazgo, el trabajo en equipo, corren a cargo del emprendedor”, matiza José Pascual.
Por lo que respecta a la financiación de la empresa, es imprescindible que el empresario tenga dotes de persuasión, además de autoconfianza y autoestima para presentar el proyecto ante futuros socios o accionistas e incluso para solicitar un crédito en un banco. El fundador del Instituto Pascal afirma, “ya puede ser un proyecto viable y con perspectiva de futuro, que si no está bien presentado de forma creíble por el que lo va llevar a cabo, éste no pasará de la mesa del interventor de la entidad bancaria”
Por otro lado, en la mayoría de los casos, en las empresas las funciones comerciales las realiza el empresario o lleva el mayor peso, por ello tiene que estar capacitado para ejercer de vendedor y no sólo en el aspecto técnico, con el conocimiento del producto o servicio, sino también en aplicar la inteligencia emocional, lo que conllevará a una óptima relación con sus clientes.
En lo que se refiere a sus cualidades personales, el emprendedor deberá transmitir credibilidad, para ello, deberá aprender a ser asertivo, flexible y constante; de esta manera, al representar a la compañía en las acciones comerciales, financieras, negociadoras, estará proyectando la imagen de marca, tan importante en las organizaciones y empresas en nuestros días.
José Pascual concluye: “el punto de partida es aprender a conocerse a uno mismo, para establecer las bases de un cambio a nivel personal, que marcará el punto de partida en un proceso de mejora continua”.
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