El Vaticano ha puesto en marcha una serie de medidas para contener y reducir el déficit, que contemplan el bloqueo de ascensos, la suspensión de renovaciones de contratos y la congelación de sueldos, como consecuencia de los resultados del Balance Preventivo de la Santa Sede para el 2014. No obstante, la Santa Sede no realizará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Así se explica en una carta firmada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, y enviada a todos los Dicasterios y Consejos Pontificios, que ha sido publicada por el diario italiano ‘Il Messaggero’ y cuya veracidad ha sido confirmada a Europa Press por fuentes de la Santa Sede.
En ella, el Vaticano invita a los responsables de las administraciones vaticanas a atenerse a las novedades sobre la gestión del personal, que siendo vinculantes deben aplicarse sin excepción alguna. «Deseo llevar a su conocimiento que el estado del Balance Preventivo de la Santa Sede para el 2014 obliga a la inmediata adopción de algunas disposiciones útiles para la contención de determinadas partidas de gastos en materia de personal», escribe Parolin.
El documento detalla el plan de ajustes que llevará a cabo la Santa Sede, que contempla el bloqueo de ascensos, la suspensión de renovaciones de contratos y de todos los encargos profesionales, la congelación de sueldos, la prohibición de apelar a horas extra y trabajo dominical salvo casos de excepción.
Según explica el diario, la Santa Sede no tomará medidas que afecten a las familias de los trabajadores o que incluyan disposiciones como los despidos o los expedientes de regulación de empleo.
RECURRIR AL VOLUNTARIADO
En caso de necesidad, está previsto poder afrontar la eventual emergencia a través del voluntariado «para enfrentar eventuales exigencias de trabajo temporal, a condición de que se observen rigurosamente las disposiciones normativas en la materia», según se lee en la carta.
La semana pasada la Comisión Investigadora del Instituto de Obras Religiosas (IOR), más conocido como Banco Vaticano, y la Comisión que analiza las estructuras económico-administrativas de la Santa Sede presentaron al Papa y al Consejo de Cardenales que lo asesora (G-8) un «amplio informe» y algunas propuestas de «mejora y renovación» de las instituciones.
El G-8 Vaticano presentó al Papa una síntesis de estas propuestas para la mejora y renovación de estos órganos económicos del Vaticano. Según explicó el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, el Papa «tendrá que revisar» ahora estas propuestas y decidir si «ponerlas en marcha».
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