Dos mujeres jóvenes deciden compartir piso en Madrid debido a su precaria situación laboral. Una de ellas, tras regresar a España después de años de convivencia con su novio en el extranjero, le cuenta a la otra sus deseos y experiencias de una etapa anterior, y es a partir de este punto de donde parte ‘La trabajadora’ (Literatura Random House), una novela que indaga en la relación entre la crisis económica y la enfermedad mental.
Navarro (Huelva, 1978) juega con experiencias propias (convivencia difícil, precariedad laboral) mezclándolas con la ficción (enfermedad) para detallar esos brotes en personas que no parecen sufrir ningún trastorno. Serán los actos, en ocasiones a espaldas de la sociedad gracias al anonimato de redes de contactos, los que vayan mostrando las patologías de sus protagonistas, de manera atropellada en el caso de Susana, más progresivo en el caso de Elisa.
Con la crisis de fondo, no obstante, Navarro aclara que la idea no surge ahora, sino en el año 2003, cuando también sufrió los estragos de la precariedad laboral y se vio obligada a mudarse. «Hay algunos sectores como el de las humanidades que parecen estar siempre en crisis, no hace falta un ciclo determinado para vivir con poco dinero y trabajos mal pagados», ha explicado en una entrevista con Europa Press.
Un inicio arrollador de la novela con el relato erótico de Susana, con una prosa dura y lírica, dará paso a la otra historia, la de Elisa, una trabajadora de una editorial cuyos cimientos comienzan a tambalearse por culpa de la falta de dinero y, con ella, todos los trabajadores que dependen de un sueldo para llegar a fin de mes. El devenir de ambas mujeres estará entrelazado a las decisiones que tomarán durante la obra.
En cierto modo, una novela que indaga en el fuero interno de las personas, pero también en cómo las decisiones empresariales y políticas marcan el devenir de una sociedad y de sus integrantes. «Desde la llegada de la democracia se ha intentado desligar la literatura de cualquier signo político, parece como si hubiese escritores que no se atrevían a abordar sus historias desde este punto de vista», ha señalado Navarro.
«CORTIJOS» EMPRESARIALES
Entre medias de la trama principal y sus historias también se cuelan otras temáticas. Por un lado, el propio mundo editorial, visto con los ojos de Elisa, desde dentro. Y el resultado no es bueno, aunque la autora recuerda que se podría «haber metido con cualquier sector» porque «en todos los sitios hay cortijos».
«Sí me meto en la obra con los editores y el mundo editorial, aunque también haya grandes editores en grandes grupos. Un editor hoy en día se parece más a un gestor», ha apuntado Navarro, quien en la novela y desde el punto de vista de su protagonista, refleja a los directivos de editoriales como personas que ‘en ocasiones arrastraban cierto complejo de inferioridad intelectual’.
Por el otro lado, Navarro pone voz a la mujer en distintos planos, desde sus deseos y frustraciones hasta sus anhelos laborales. De hecho, ‘La trabajadora’ comienza con un duro relato que sorprende. «Hasta ahora las reacciones son de entusiasmo o rechazo con el inicio, pero quería un emisor fuerte, distinto a mi manera habitual de escribir», matiza.
En resumidas cuentas, una novela que trata desde la ficción la enfermedad mental, pero alejándose de la figura habitual en literatura, «el loco genial», para dar paso a otro tipo de indagación en la mente de los trabajadores del siglo XXI. Navarro también ha publicado ‘La ciudad en invierno’ (Caballo de Troya) y ‘La ciudad feliz’ (Literatura Random House).
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