Por cuarto año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el informe ¿Qué 3 deseos le pides al nuevo año?, un trabajo de análisis cuyo objetivo es dar voz a las personas con discapacidad, haciendo visibles sus necesidades, reivindicaciones y demandadas. El presente informe basa sus conclusiones en una encuesta a 500 personas con discapacidad en edad laboral.
Récord histórico en contratación de personas con discapacidad
2013 no ha sido el año del empleo ni de la salida de la crisis, pero sí hemos asistido a los primeros atisbos de recuperación. Así, durante este ejercicio se han sumado a las listas del desempleo 127.000 personas, frente a las 800.000 que lo hicieron en 2012 (una cifra 6 veces mayor a la de este año). Y aunque el paro ha seguido creciendo, lo ha hecho a un ritmo mucho menor que años anteriores, alcanzando una tasa del 25,9%, frente al 25% de 2012 y el 21,5% de 2011.
También las personas con discapacidad han asistido a un repunte en su contratación. Entre enero y noviembre de 2013 han firmado 64.132 contratos en nuestro país, un 12,7% más que en 2012, cuando se suscribieron 56.880 contratos. Con ello, cerraremos el año con una cifra récord en la contratación de personas con discapacidad.
Sin embargo, conviene recordar que la participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral, es aún muy inferior a la del resto de la población. Su tasa de actividad apenas alcanza el 37%. Ello quiere decir que un 63,5% de las personas con discapacidad en edad laboral, no tiene empleo ni lo busca, debido principalmente a barreras del entorno.
Durante este año también ha sido destacable la aprobación del Texto refundido de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social, que ha unificado la normativa legal en torno a las personas con discapacidad.
Empleo, salud y normalización
Una conclusión muy clara se desprende de esta encuesta: el empleo se sitúa en el centro de los deseos de las personas con discapacidad, incluso por delante de la salud. Los parados solicitan un trabajo (96,8%) y los que ya lo tienen piden conservarlo (94,1%), “que sea estable”, “que dure” u otras cuestiones como “que mi jefe me valore”.
La salud se sitúa en segundo lugar, tanto en desempleados como en ocupados, seguida de la normalización, que en ambos casos ocupa el tercer puesto. En este sentido, cabe destacar algunas respuestas como “que la discapacidad psíquica no produzca un estigma negativo y que el mundo se de cuenta de una vez de que somos normales” o “conseguir que no me miren por ir en una silla de ruedas”.
En este sentido, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, apunta que: “la clave de la normalización se encuentra en la sensibilización, en la representación de la discapacidad como una característica más de la persona y no como un elemento diferenciador o negativo. Para “cambiar el chip”, hay que educar desde las edades más tempranas y concienciar a los jóvenes de hoy, que serán los adultos de mañana”.
La familia se sitúa en cuarto lugar: el 29,4% de los ocupados y el 18,3% de los parados “pide” para los suyos: “que sean felices”, “que encuentren empleo”, “que cumplan sus sueños”.
A partir del quinto puesto, cambian las posiciones de los deseos entre personas ocupadas y desempleadas. Los que tienen trabajo, piden dinero (23,5%) y los que no lo tienen solicitan accesibilidad (10,5%), cuestión que, no obstante, ocupa un 11,8% en el caso de las personas con trabajo.
La felicidad y el amor son también aspectos clave para los encuestados. Como refleja la respuesta de una encuestada de 35 años: “la felicidad es la base de todo y sin ella no se puede hacer nada, ni siquiera encontrar trabajo”. En cuanto al amor, son muchos los encuestados que han incluido entre sus deseos la aspiración de encontrar una pareja estable, con quien compartir su vida. Es el caso de un joven de 22 años, que pide “una chica me quiera tal y como soy”.
También destacan los encuestados que han incluido la crisis entre sus respuestas. El 11,8% de los ocupados y el 4,2% de los parados, piden al nuevo año “que la economía mejore”, “que los políticos dejen de ser corruptos” o “que nuestro país empiece a levantar cabeza”.
Por último, también han destacado los encuestados que han solicitado más ayudas a la discapacidad por parte de los poderes públicos, el tejido empresarial y el movimiento asociativo.
Entre los deseos más curiosos encontramos el de un joven de 23 años que pide “que la contabilidad se me dé mejor” o la de 18 que quiere “que no sean tan difíciles los números romanos”. Los hay más ambiciosos, como el encuestado de 30 años, con discapacidad intelectual, que desea “ser el jefe de todo” o la de 28, con discapacidad física que pide “un mundo libre, en el que no haya ninguna barrera y pueda llegar tan lejos como me proponga”.
Un futuro incierto
A pesar de que, como mencionábamos anteriormente, 2013 se cerrará con un récord histórico en contratación de personas con discapacidad, los encuestados no confían en que su futuro más inmediato sea próspero.
Así, un mayoritario 49% considera que la crisis económica traerá consigo un retroceso en las conquistas sociales alcanzadas. Asimismo, un 16% opina que no asistiremos a ningún avance significativo, es decir, que la integración permanecerá estancada.
De este modo, poco más de 3 de cada 10 encuestados (35%) cree que en 2014 las personas con discapacidad tendrán más presencia en la vida social y laboral, mejorando así su situación.
El camino hacia la normalización
Los encuestados consideran que el camino hacia la plena integración pasa, necesariamente, por cambiar algunas características de nuestra sociedad.
Así, un 54% cree que la discapacidad es un obstáculo a la hora de encontrar empleo, frente a un 46% que opina que ésta no influye en el proceso.
En este sentido, un 97% está “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con que es necesario incentivar la sensibilización como motor de normalización que cambie los “tics” culturales que siguen asociando a la persona con discapacidad con “tragedia”, “lástima” o “mala suerte”.
También un 97% cree que es necesario revisar la normativa legal en torno a la discapacidad, endureciendo el control de la ley y a través de nuevas medidas que traigan consigo una visión renovada y actual de la discapacidad.
Además, un 87% está “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con que la integración empieza en el lenguaje y que es necesario eliminar del diccionario términos peyorativos como “minusválido” o “deficiente” que alejan completamente a la discapacidad de la normalización.
También un 80% pide un cambio en el modelo empresarial, donde las personas con discapacidad sólo están representadas en puestos de baja cualificación o responsabilidad, cayendo nuevamente en el estereotipo. En este sentido, solicitan que el colectivo pueda acceder a puestos de dirección, en igualdad de condiciones.
Por último, destaca un 72% que opina que las personas con discapacidad sólo tienen voz en el mundo asociativo y que, si no fuera por éste, no se les escucharía en ningún foro social. Así pues, piden presencia fuera de las asociaciones para participar en igualdad en todos los ámbitos de la vida social, cultural y laboral.
Bertín Osborne, el jefe de sus sueños
La encuesta ¿Qué 3 deseos le pides al nuevo año? ha preguntado a los 500 participantes quién sería el jefe de sus sueños. Para un mayoritario 35% esta respuesta es clara: su supervisor no ha de responder a una identidad definida, sino albergar valores como la justicia, la responsabilidad o la comprensión.
Sin embargo, también han sido muchos los que han puesto nombre y apellidos al líder ideal. Para un 19% éste tiene el rostro del popular presentador Bertín Osborne, seguido de un 12% que elegiría a Vicente del Bosque y un 6% que escogería a Su Santidad, el Papa Francisco. También se han repetido respuestas como Teresa de Calcuta, Jordi Évole o Pablo Pineda.
JEFE IDEAL PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Según Mesonero: “Más allá de su cercanía con la discapacidad, Bertín Osborne y Vicente del Bosque han demostrado estar muy comprometidos con la causa. Gracias a ellos, la voz de las personas con discapacidad ha estado mucho más presente en la vida social, cultural y deportiva. Por su parte, el Papa Francisco, recientemente elegido Personalidad del Año en Redes Sociales, es todo un ejemplo de valores como la igualdad, la no discriminación y la esperanza. Por ello, es todo un referente para las personas con discapacidad y no es extraño que le elijan como el mejor jefe”.
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