RRHH Digital Si observamos la estructura empresarial, tanto la de nuestro país como a nivel internacional, resultará fácil identificar una figura que durante siglos ha cambiado el mundo. Se trata de El Emprendedor. Es el mayor empleador y motor de crecimiento y desarrollo de la economía.
El diccionario de la Real Academia Española pone de manifesto una definición con un sentido heroico: “que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas” y sin duda, al recurrir al imaginario social, llegan a la mente Mark Zuckerberg (Facebook), Larry Page y Sergei Brin (Google), Zaryn Dentzel (Tuenti) o Amancio Ortega (Inditex), entre otros.
La imagen de grandes hombres y mujeres que han llevado un sueño tan lejos y han conseguido un éxito empresarial tan rotundo, como los anteriormente mencionados, resulta sin duda evocadora para una juventud que busca referentes positivos. Tal vez sea esta la razón por la que casi el 70% de los jóvenes españoles querría crear su propio negocio, según ha puesto nuestra I Encuesta Adecco Jóvenes Emprendedores. Los jóvenes de nuestro país tienen la alegría, las ganas y, en muchos casos incluso las ideas y aquellos con edades comprendidas entre 30 y 35 años son quienes se muestran más propensos a esta fórmula.
Sin embargo, lo que parece que no tienen nuestros jóvenes es la información necesaria: casi el 80% asegura que no conoce las políticas que el gobierno ha puesto en marcha para fomentar el emprendimiento, ni tampoco las posibilidades de financiación.
La primera petición que harían al Ejecutivo en esta línea es la concesión de más ayudas económicas para favorecer la creación de empresas (53%), por encima de otras iniciativas como la reducción de trámites burocráticos (17,7%), la orientación (9%) o la formación (8%). Sin embargo los jóvenes españoles ¿saben de verdad las oportunidades que hay para ellos? ¿Cuentan con la formación adecuada como para valorar la financiación que necesitan e identificar las fuentes a las que pueden recurrir? ¿Se trata de dinero o hay algo más?
Tal vez lo que necesiten los jóvenes, ahora que hay escasez de peces, son más y mejores cañas para que puedan pescar por sí mismos. Sin negar la obvia importancia que tienen las ayudas, las subvenciones y la financiación, todos somos partícipes de una cultura en la que se consideran irreemplazables. A veces, incluso, les pedimos que llamen a la puerta del emprendedor.
Pero ¿con qué tipo de empresa sueñan? La estructura física y un local de atención al cliente sigue siendo la opción preferida (43,3%) frente a aquellos que optarían por un negocio online (11,6%) aunque sin ninguna duda nuestros jóvenes optarían por una mezcla de las dos opciones y expandirían su negocio físico a través de Internet (45%).
Y pensamos en la empresa soñada, observamos como nuestros jóvenes emprenderían negocios en sectores como el ocio y turismo, el comercio, la informática y nuevas tecnologías, la comunicación y las relaciones públicas o el diseño web, la alimentación o el desarrollo de productos ecológicos y sostenibles.
Ayudemos a los jóvenes a ver nuevas posibilidades, apostemos por la formación y por la creatividad para que sepan maximizar sus recursos y aprendan a obtener fondos. Internet y las redes sociales han dado una nueva dimensión a prácticas que ya conocíamos como la financiación colectiva (crowdfunding) o las colaboraciones voluntarias (crowdsourcing). Animémosles a pensar más allá de los límites y a romper barreras. Hoy en día las ideas españolas pueden recibir financiación de cualquier parte del mundo: nuestros jóvenes no tienen más fronteras ni limitaciones para emprender que las que le puedan suponer la falta de conocimiento, de preparación o de espíritu.
Al igual que con los fondos, los jóvenes tienen oportunidad de ‘captar’ conocimiento allí donde vayan: deben aprender de su entorno. Cuentan con herramientas inimaginables para las generaciones anteriores pero podrán sacarles mucho más partido si son, además, capaces de aplicar el conocimiento y la experiencia de otros. Escuchar, leer y abrir la mente a nuevas ideas y nuevos conceptos son los primeros pasos para convertirse en un emprendedor de éxito. La buena noticia es que todo esto se resume en un cambio de actitud y no necesita financiación. ¡Es gratis!
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