RRHH Digital Los trabajadores autónomos de Cantabria sufrieron durante el pasado año un total de 261 accidentes, de los cuales 20 fueron graves y el resto leves, según el informe elaborado por el Observatorio para la prevención de riesgos laborales de ATA, en colaboración con Mutua Universal.
Según este informe, las comunidades autónomas que registraron mayor accidentabilidad fueron Andalucía (2.722), Comunidad Valenciana (1.358), Galicia (1.301) y Cataluña (1.160). En el extremo opuesto se sitúan Ceuta (2), Melilla (5), La Rioja (136) y Navarra (188).
En general, el 97,33 por ciento de los accidentes de los autónomos en la jornada de trabajo son de grado leve, aunque es alarmante que se hayan producido 17 mortales, según ha señalado ATA.
En relación al nivel de afiliación a las contingencias profesionales de 2012 solo un 21,40 por ciento tienen cubierta la contingencia profesional. Queda mucho camino por recorrer para conseguir una mayor cobertura en el colectivo.
Por otro lado, el 32 por ciento de los accidentes laborales sufridos por autónomos corresponden a varones entre 35 y 44 años. La siniestralidad de los asalariados hasta los 34 años es más elevada que la de los autónomos. A partir de los 35 años es encabezada por los autónomos mientras que a partir de los 45 años son las autónomas las que ofrecen mayores datos de siniestralidad.
PERFIL DE ACCIDENTE
El tipo de accidente, el perfil de las lesiones, la parte del cuerpo lesionada, hora del día, son similares a los que se producen en trabajadores por cuenta ajena. Destacan las lesiones de tipo musculoesquelético (espalda, vértebras), las relacionadas con caídas (esguinces, torceduras, fracturas), que por otra parte se corresponden con el perfil de accidentes leves más frecuentes en la población laboral española.
En definitiva, las dolencias musculoesqueléticas son el lastre que siguen arrastrando año tras año los trabajadores en general y los autónomos en particular, lo cual demuestra que las actuaciones llevadas a cabo hasta la fecha no son efectivas.
En relación al tipo de accidentes que se producen, salvo por lo que se refiere a la mayor incidencia de fracturas, en general concuerdan con el perfil de los accidentes que sufren los trabajadores por cuenta ajena, y son compatibles con las lesiones derivadas de caídas y resbalones y con lesiones de tipo músculo-esquelético, que son también muy frecuentes entre los trabajadores por cuenta ajena
Para el coordinador de Prevención de ATA, José Luis Perea, este informe, que se presenta con motivo del día mundial de la salud y seguridad en el trabajo, pone de manifiesto que la administración «debe reflexionar sobre qué debe hacer o que no está haciendo bien, porque el panorama no es nada alentador».
«¿Cuántos trabajadores autónomos deben seguir perdiendo sus vidas para que se adopten medidas coherentes, serias y efectivas?», se ha preguntado Perea, quien ha indicado que con la crisis han desaparecido la mayoría de los programas destinados a fomentar la cultura preventiva de los autónomos y a proteger su derecho a la integridad física en el desarrollo del trabajo.
A su juicio, las distintas administraciones están haciendo «dejación del deber de vigilancia» que el Estatuto del Trabajo Autónomo les otorgaba. «Una vez más, los accidentes de los autónomos parecen no importar a nadie», ha añadido.
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